La Historia de Nintendo
Primera Parte: Hiroshi Yamauchi y el Nacimiento de un Imperio.
Nintendo es de lejos la desarrolladora más apasionante a la hora de estudiar la historia del videojuego. Es una compañía pequeña pese al mucho ruido que hacen; una empresa que nunca ha seguido las normas no escritas de la industria y, al fin y al cabo, un negocio familiar.
Muchos son los rostros que conocemos y hemos conocido de entre sus filas: Shigeru Miyamoto, Satoru Iwata, Gunpei Yokoi o Reggie Fils Aime entre tantos otros... Pero la verdadera alma de la empresa ha sido, es y será eternamente, la de Hiroshi Yamauchi, un hombre que todavía a día de hoy despierta fascinación por sus convicciones, logros y por todo el aura de secretísimo que siempre le ha rodeado. Alguien que sin tener la más repajolera idea sobre videojuegos consiguió que el pequeño negocio de la familia se convirtiera en el puntal y referente absoluto del mercado para varias generaciones. No se puede entender la trayectoria y éxito de Nintendo sin conocer la figura de Yamauchi, el eterno presidente de la gran N.
Nintendo: Deja la suerte al cielo
Hiroshi Yamauchi nace el 7 de Noviembre de 1927 en Kyoto, hijo de Shikanojo Inaba y Kimi Yamauchi, la nieta del fundador de Nintendo en 1889. Su padre cambió su apellido para algún día heredar el negocio familiar, pero la presión a la que se vio sometido le llevó a abandonar su familia cuando el futuro presidente de Nintendo solo tenía cuatro años. A partir de entonces serían sus abuelos, Tei y Sekiryo Yamauchi, los que le criarían; pese a que para su abuelo el trabajo siempre tuvo prioridad por encima de la familia. Su infancia será relativamente sencilla, siendo como es un niño inteligente y con recursos, pero el abandono de su padre y la severidad de la educación que recibe por parte de sus abuelos lo convierten en un joven arrogante y rebelde.
Nintendo es ya por aquel entonces un negocio muy prospero y el sustento de toda la familia. Fundada a finales del siglo diecinueve por Fusajiro Yamauchi, el negocio era reconocido entonces por los ideogramas japoneses traducidos como "Deja la suerte al cielo", una traducción muy simple pero aceptada por sus herederos que aseguran desconocer el verdadero significado del nombre de la empresa. En esos primeros años, Nintendo se dedica exclusivamente a fabricar de forma artesanal las cartas tradicionales japonesas conocidas como "Hanafuda", unas cartas asociadas principalmente a las clases altas por su elevado valor artístico que en rara ocasión se utilizaban para jugar. Pero durante los tres largos siglos de dominio militar del shogunato Tokugawa, que había prohibido prácticamente todas las actividades relacionadas con el juego, las Hanafuda se convirtieron en el único recurso disponible en timbas ilegales organizadas por la Yakuza, la mafia japonesa. Con el tiempo se popularizaron tanto que, con la llegada de la revolución y la apertura de fronteras, las Hanafuda se habían convertido en uno de los juegos de mesa más populares en el país del sol naciente.
Sólo habían pasado veinte años desde la conocida como "Restauración Meiji" cuando el cabecilla de los Yamauchi abre su primera fábrica artesanal en Kyoto, la antigua capital del estado. Competencia no le falta, pero la calidad de sus cartas alcanza tal popularidad que Fusajiro se ve obligado a ampliar su plantilla constantemente, logrando en 1907 su mayor hito: una asociación con la compañía tabaquera japonesa para vender sus barajas en estancos repartidos por todo Japón. De la noche a la mañana el modesto negocio de los Yamauchi se ha convertido en el principal fabricante de cartas del país, ampliando el negocio a otros tipos de barajas, como las que traían de occidente los comerciantes extranjeros.
En 1929 Fusajiro Yamauchi, sin descendencia masculina, se retira para dejar el negocio en manos de uno de sus más hábiles empleados: Sekiryo, el abuelo de Hiroshi Yamauchi, el cual ha cambiado su apellido al casarse con Tei, la hija de Fusajiro. En sus manos el negocio continuará creciendo pese al mazazo que azotó la familia con la huida de Shikanojo, otro fiel empleado del que se esperaba siguiera los mismos pasos que Sekyrio. Todas las esperanzas recaerán entonces sobre el pequeño Hiroshi, el único heredero varón en tres generaciones, pese a que la historia tiene reservada para los japoneses un amargo lugar: el 7 de Diciembre de 1941 la flota imperial japonesa ataca a traición la base americana de Pearl Harbour provocando la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Hiroshi Yamauchi es tan solo un adolescente cuando estalla la guerra, lo que le libra por muy poco de ir a luchar al frente, aunque las influencias de la familia lo hubieran librado igualmente de tal destino. No obstante, ha de acudir a una fabrica de material militar a colaborar en el esfuerzo de guerra colectivo, aunque su astucia y clase social le eximirán prácticamente de toda responsabilidad. De hecho, dice la leyenda que el futuro líder de Nintendo acudía cada mañana al trabajo con una abundante cantidad de comida para compartir con sus supervisores, los cuales en agradecimiento le dejaban las tardes libres.
Cuando acaba la guerra, Yamauchi es ya un joven adulto al que, pese a las penalidades que está pasando el país en plena posguerra, le encanta vestir a la última moda y disfrutar de una vida cómoda y llena de lujos. Al contrario de lo que pueda parecer, Yamauchi no tiene por aquel entonces ningún interés en controlar algún día el negocio familiar; no solo porque aborrezca a gran parte de su familia, sino también porqué se ha dejado influir por los aires de cambio y renovación que llegan desde occidente, lo que le provoca despreciar la férrea tradición nipona por la que se rige su clan. Pese a no tener ningún interés en dedicarse a la abogacía, se matricula en la Universidad de Derecho Waseda, en Tokyo, tratando de dejar bien lejos a su familia. Allí vivirá un par de años de ensueño, aunque se verá obligado a casarse muy joven con la que será su mujer hasta la actualidad, Michiko Inaba, en un matrimonio concertado entre el clan Yamauchi y el clan Inaba, los descendientes directos de una importante familia samurai.
Yamauchi puede permitirse semejante tren de vida, pues, pese a las penalidades que está pasando el país, su abuelo ha logrado mantener a flote la fábrica llegando a varios acuerdos comerciales con los mismísimos americanos, convirtiéndose en el distribuidor oficial de muchas de las bases yanquis en suelo nipón. Pero tanto trabajo titánico y sufrimiento pasan factura a Sekyrio, que cae gravemente enfermo a los 66 años. Éste, dispuesto a continuar la tradición familiar, considera que ha llegado el momento que su nieto Hiroshi tome las riendas de Nintendo; pese a que lo considere un joven despreocupado y hedonista.