Lips: Canta en Español
La fiesta en casa.
En una demostración de versatilidad e iniciativa sin par he reunido a un grupo de amigos que hacía mucho tiempo que no veía para analizar este Lips: Canta en Español.
Y he hecho esto porque soy consciente de que necesito estímulos y ambiente adecuados para poder enfocar este juego de la forma adecuada. ¿Son sus 35 canciones las que la fiesta demanda? ¿A la gente realmente le gusta más cantar en castellano que en inglés?
A priori las 35 canciones —40 si utilizamos un código de descarga gratuito que viene con el juego— son aciertos totales, que van desde hits de discotecas de guiris y garrafón hasta esos temas que secretamente mandábamos a nuestras enamorada/os hace unos buenos años o, simplemente, canciones de esas que nos hacen seguir el ritmo inconscientemente con el pie. De hecho la tracklist es tan importante que la detallo al completo en la última página.
Preparamos una cena ligera, cada uno trae algo de casa y abrimos un par de botellas de vino. Vemos un rato la tele, ponemos música. Voy viendo que el ambiente mejora, cogemos confianza los unos con los otros. Y entonces lo veo claro: voy a lanzar ya la propuesta de jugar a Lips. Al principio hay un par de chicos que se niegan, pero las súplicas de la facción femenina acaba por convencerlos. De momento me niego a enseñarles la lista de canciones: a ver qué dicen.
En el menú principal les cuento un poco cómo va el juego: hay dos micrófonos inalámbricos y podemos cantar junto al otro (cooperativo) o contra el otro (versus), y también cabe la posibilidad de incluir minijuegos en cada tema para añadir un peldaño más de complejidad. Por último, se nos pedirá que hagamos gestos con el micro (que tiene un sensor de movimiento) y que en ciertos momentos lo golpeemos suavemente para marcar el ritmo. Fácil, no hay dudas.
Y entonces paso a la selección de temas… ¡bam! Lo que está claro es que el volumen general de la sala sube y que las conversaciones se acaloran. “Ay dios mío, qué casposo, Maná… ¡y Nino Bravo!” grita Miguel. “Cállate, pero si es la bomba” le replica su novia Irene, “¡Y ponme Paulina Rubio!” dice casi con un grito de fan.
Bien, pues empiezan ellos. Hacen un cooperativo y eligen ver el videoclip original para acompañar la canción.