Los Cazafantasmas: El Videojuego
Sueño cumplido.
Los Cazafantasmas: El Videojuego es la respuesta al sueño oculto de millones de chavales que durante la década de los 80 se imaginaban recogiendo su equipo de protones y abrochándose la cremallera del mono marrón para salir a salvar la ciudad montados en el ECTO-1. Esta es la premisa con la que en el estudio tejano de Terminal Reality se han planteado el juego y es algo que se nota en cada uno de los bits que lo componen. Lo que nos queda una vez superadas sus 8 horas de adrenalítica diversión ectoplasmática es la constatación de que es lo más cerca que estaremos nunca de ser un cazafantasmas.
Antes de empezar a destriparlo a fondo contestaremos a la pregunta que seguramente más preocupará a todos los fans de este icono generacional. ¿Puedes deslizarte por la barra de emergencia que tienen en su cuartel? ¡Sí!
Seguramente alguna vez te habrás preguntado a cuál de los cuatro héroes de esta película te parecerías más. No me digas que nunca has pensado cuál serías en el caso de que ese sueño de ser un cazafantasmas se cumpliera. ¿Podría tu inteligencia y lógica analítica hacer de ti un gran Egon Spengler? ¿Te mueve la pasión por lo esotérico pero eres de corazón bonachón como Ray Stantz? ¿Tocas de pies en el suelo y eres un manitas como Winston Zeddemore? ¿O eres irónico y seductor como Peter Venkman? Pues bien, siento decirte que de nada van a servirte estos años de dilemas, porque en este videojuego no vas a ser ninguno de ellos. Te tocará ser el nuevo chico de los recados, pero tranquilo, ¿quién dijo que ser el becario de los Cazafantasmas no iba a ser divertido?
El juego se sitúa en 1991, justo después de lo que pudimos ver en la segunda película estrenada hace nada más y nada menos que 20 años. Este es el primer gran acierto de este título y lo primero que llama la atención. Todo está igual como lo dejamos la última vez que cruzamos la ciudad de Manhattan a bordo de la Estatua de la Libertad y aunque para los actores que los interpretaron —como a todos— el tiempo no ha pasado en balde, aquí lo que tenemos son a los mismos personajes de siempre y en plena forma. A diferencia de otros mitos ochenteros como Indy o Rocky, que han sido actualizados a base de visitas al quirófano y toneladas de efectos digitales, gracias a la potencia de las consolas actuales, lo que nos ofrece el nuevo juego de los Cazafantasmas bien podría ser esa tercera entrega que nunca llegó a ver la luz.
Como quinto cazafantasmas estamos a prueba y acabamos de entrar a formar parte del equipo, pero todavía tenemos que demostrar nuestra valía para ganarnos la confianza de nuestros jefes y ser definitivamente admitidos. Quizás suene raro, pero afortunadamente para nosotros las cosas se están poniendo feas en la ciudad ya que los fantasmas han vuelto para aterrorizar a los ciudadanos por culpa de un misterioso personaje que quiere liberar un gran poder demoníaco. Esta es en líneas generales la sinopsis del juego y ciertamente guarda muchas similitudes con lo que ya habíamos visto en las películas. Como argumento intrincado y profundo no es que sea para tirar cohetes, pero como muchos sabréis, donde reside la auténtica gracia de Los Cazafantasmas es en sus chispeantes diálogos, y los de este juego son espectaculares. El guión escrito por los mismo que ya escribieran el de las películas (los mismos actores Dan Aykroyd y Harold Ramis) es simplemente genial.
“¡Has matado a mi postre!”.- Peter Venkman
El otro día tuvimos la oportunidad de hablar con Tim Schafer sobre el porqué los videojuegos no han apostado tan decididamente por historias que nos hagan reír. Parece un síntoma de nuestro tiempo el hecho de que actualmente la épica y las flipadas sean la piedra angular de la mayoría de juegos de acción, cosa que va en detrimento del humor como motor de la historia. Con este Cazafantasmas, en cambio, se recupera ese tipo de humor ochentero cuyo estudiado mecanismo siempre consigue arrancarnos más de una sonrisa. Quizás sea la ilusión de estar viviendo una nueva aventura de mis héroes favoritos lo que me haya empujado a entrar plenamente en el juego, pero lo cierto es que durante el tiempo que hemos estado jugando todos los que estábamos alrededor del televisor hemos acabado riendo —y mucho— con los desternillantes diálogos que mantienen los personajes. Más allá de esto, sus creadores también han hecho hincapié en la inclusión de multitud de pequeños gags que se nos irán presentado a medida que pase la historia.