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Los Cazafantasmas: El Videojuego

Sueño cumplido.

De todas maneras no hay que olvidar que estamos hablando de fantasmas, así que los enemigos no nos estarán esperando en medio de un pasillo. Antes deberemos buscarlos mediante el famoso medidor PKO y rastrearlos gracias a sus sensibles antenitas con ese sonido tan particular. Quizás podríamos apuntar que se abusa demasiado del uso de este accesorio en algunas ocasiones, pero también añade un puntito de tensión, que nunca llega a dar miedo pero que mantiene al jugador atento. También nos servirá para localizar artefactos que aportan ese toque de coleccionismo al juego, objetos ''frikis'' con descripciones hilarantes como el tostador de las visiones no vistas, la legendaria botella sin fondo de Jerkins Tresdedos o el oso de peluche angustiado.

Llegamos al momento de pasar a la acción y de desenfundar nuestras míticos equipos de protones para capturar a los fantasmas. Como era previsible el juego empieza con un clase magistral durante la primera misión del juego, que se desarrolla en el hotel. Aquí aprenderemos los pasos básicos del buen cazafantasmas, que son: debilitar, agarrar, aturdir y capturar. Para hacerlo contamos con nuestro efectivo rayo de protones. Con el botón R2 liberaremos una descarga sobre los fantasmas, cuando han recibido bastante daño podemos agarrarlos con otro rayo mediante el botón L1. Es entonces el momento en que debemos dejar en el suelo una de las famosas trampas con el cuadrado. Solamente nos queda aturdirlos con el botón L2, gracias al cual podremos darles fuertes golpes contra el suelo. A todo esto, con el stick derecho controlamos el láser a modo de caña de pescar, mientras vigilamos, al mismo tiempo, que nuestro rayo no se cruce con el de nuestros compañeros y sin olvidarnos de ir refrescando nuestro equipo (que tiende a calentarse y nos puede explotar) con el botón R1. En efecto, en la captura de fantasmas intervienen muchos botones y al principio parece complicado pero a la que le coges el tranquilo cada fantasma se convierte en un pequeño reto con una dificultad muy bien ajustada.

Y solamente he hablado de la arma básica. Encontraremos otros tres ampliaciones para nuestro rayo, y cada una de ellas cuenta además con una serie de proyectiles secundarios de gran poder dañino. Debemos escanear cada fantasma con el medidor PKE y descubrir a qué armas es más vulnerable. Armas como el dardo de bosones, la descarga de choque o el amarre mucolítico (ojo a este, tiene más funciones de las que podríamos imaginar) nos ofrecen diferentes formas de acabar con nuestros enemigos, pero siempre hay una forma más rápida, que es lo que hemos de descubrir.

Con una probabilidad de 345,497 nano-quarks en escala ectoplasmática y suponiendo que estamos en un plano temporal alternativo pero constante Egon es con diferencia el personaje más divertido del juego.

“A lo dioses nos los merendamos”.- Egon Spengler

Nos os fiéis demasiado de esta cita de Egon porque aunque Los Cazafantasmas no es juego difícil tampoco os pondrá las cosas excesivamente fáciles. Su curva de aprendizaje está francamente bien ajustada y en las misiones finales nos costará no morir en repetidas ocasiones. Seguramente pegaréis más de un grito de impotencia mientras las notas del mítico tema de los Cazafantasmas suenan en las penosas pantallas de carga cada vez que os matan. En el lado bueno está que las batallas son casi siempre intensas y emocionantes. El único punto negativo en este aspecto es que muy a menudo el tiempo que tardamos en poder repetirlas, en el caso de que nos maten, es bastante elevado entre los pesados tiempos de carga y las cinemáticas.