Majin and the Forsaken Kingdom
Amigos para siempre.
A la hora de transmitir sentimientos, el campo de los videojuegos no es que sea un terreno muy explorado, en todo caso consigue que digamos algunas palabrotas mientras aniquilamos enemigos o que sintamos algo de terror en algún que otro juego. Pero el de la amistad es un tema poco explorado, y es de agradecer una apuesta como la que Game Republic nos trae este año.
Nuestra aventura comienza en un país lejano sumido en la oscuridad, allí nos toca ponernos en la piel de un héroe con la habilidad especial de comunicarse con los animales. Al inicio de nuestra aventura liberamos al Majin, un ser mitológico y el único capaz de derrotar al ejercito de las tinieblas.
Durante nuestra aventura convergen dos historias simultáneas. Mientras tratamos de vencer al mal y liberar el reino para que vuelva a ser la envidia del mundo, vamos desmarañando la triste y melancólica historia de nuestro grandote y simpático amigo.
El Majin, está representado como un ser único, mágico y de gran poder, pero está no es la idea general que transmite. Él es en definitiva un gran amigo, posiblemente el mejor que podamos encontrar, no es muy listo y el pobre no acaba de hablar del todo bien, además es algo torpe. Y sí, en ocasiones tiene miedo, pero cuando el peligro acecha Majin saca coraje de su gran corazón y se enfrenta a cualquier cosa que se nos ponga por delante.
Lo único que nuestro colosal amigo necesita es un poco de cariño y sentir que tiene a alguien a su lado, en definitiva un amigo en quien confiar y sentirse apoyado. Este sentimiento de amistad, es el eje en el que se centra el juego. A medida que vamos progresando en nuestra aventura vamos fortaleciendo dicho sentimiento mediante acciones conjuntas, derrotando enemigos y resolviendo puzzles para poder avanzar.
El mundo donde se desarrolla la historia es bastante extenso y por suerte exento de cargas entre zonas, cosa que es de agradecer. Nuestro objetivo es ir avanzando de zona en zona superando puzzles para poder pasar a la siguiente, por norma general son un tanto fáciles aunque algunos de ellos si que nos entretendrán más que los otros. Como he dicho antes, el colaborar con el Majin será crucial para poder ir progresando.
El tamaño del mapeado es realmente grande, pero está hecho de forma que es realmente intuitivo saber por que dirección debemos avanzar, por lo menos hasta la mitad del juego, momento en el que ya empieza a ser una extensión de terreno muy basta y hay que echar mano del mapa. Diseminados por el mundo encontramos una serie de de intercambiadores mágicos que nos permiten movernos con rapidez de una zona a otra, por desgracia su presencia es algo testimonial, ya que tan solo se aprovechan en un par de ocasiones.
Como ya he dicho, nuestro principal enemigo es un ejercito hecho de oscuridad, y el único que puede acabar con ellos definitivamente es el Majin. Para derrotar a todos los esbirros que nos encontramos debemos colaborar con nuestro gran amigo, mediante combos a dúo y poderes que conseguimos poco a poco. Gracias a estos momentos de cooperación veremos como nuestra afinidad con él va creciendo y cada vez confía más en nosotros. Ahora bien, no es un sistema de combate muy profundo y acaba dando la sensación de monotonía y cansancio. De vez en cuando podremos aprovechar el entorno en nuestro favor, pero siempre de la misma manera, y la verdad es que un poco de variación no hubiese estado nada mal.