Marvel vs. Capcom 3
¡Diez años bien lo valen!
Prácticamente cada personaje es un mundo, aunque es cierto que todos pueden manejarse igual (si no se explotan como deben, claro). Es por eso que a veces da sensación de monotonía al ver todos los combos iguales (combo, launcher y air combo), pero nada más lejos de la realidad. Dejando de lado la estrategia que utilicemos (agresiva o defensiva, básicamente) las ejecuciones varían enormemente según el personaje, así como las posibilidades de cara a extender combos. Rebotes en paredes, OTGs (levantar al rival del suelo), saltos previos o posteriores... Un sinfín de herramientas diferentes, y si a eso le sumamos el X-Factor cancel y los DHC (cancelar un hyper en el de otro personaje), las posibilidades son inimaginables. Por eso considero a MvC3 una especie de sandbox de los juegos de lucha; igual que entrábamos a hacer el cabra un rato por la ciudad de GTA sin objetivo aparente, aquí podemos entrar al modo entrenamiento (completísimo, por cierto) a probar diferentes combinaciones de personajes, hypers y demás para reír un rato con los nuevos hallazgos.
El modo historia ha resultado ser bastante más convencional de lo que me esperaba, sobre todo tras tanta promoción y vídeos episódicos. Estas cinemáticas no aparecen automáticamente ni se contextualizan de modo alguno, simplemente se nos presenta un combate tras otro hasta que Galactus hace acto de presencia y se nos pide que salvemos el mundo. Las cinemáticas se encuentran en la galería para que las consultemos cuando queramos, y analizándolas uno llega a la conclusión de que son cuatro diferentes introducciones, sin ningún tipo de orden ni progresión. Los finales son algo decepcionantes, pues cada personaje cuenta con dos viñetas y unas cuantas líneas de texto; son la única manera de encontrar algún atisbo de argumento, y ni aún así. He de decir, sin embargo, que algunos son divertidos o ingeniosos y en muchos aparecen simpáticos cameos de personajes de la Marvel o Capcom que no pasaron el corte. En su contra, hay finales concretos que provocan algo similar a la vergüenza ajena.
La batalla con Galactus, sin ser antológica, sí que se presenta como un elemento fresco. En la primera fase lucharemos contra copias de Akuma y Dr. Doom "heraldizadas" (cualquiera que conozca a Galactus me entenderá), ambas a la vez, aunque compartiendo barra de vida. Cuando acabemos con ellas, el mastodonte intergaláctico se colocará en el extremo derecho de la pantalla dispuesto a que le partamos la cara, si es que llegamos de un salto... Fácil, fácil, no es, pero si uno conoce la rutina y procedimientos de los ataques, cuándo bloquear y cuándo atacar, no supone mayor problema. Por cierto, veremos sólo el final del personaje que dé el último golpe, así que coleccionarlos todos requerirá una buena temporada.
Uno de los aspectos más brillantes de Marvel vs. Capcom 3 es su fabuloso modo galería. Como he comentado, en él podemos ver las introducciones, pero hay mucho más; empezando por una colección de artwork sobre escenarios y personajes, la primera modalidad que llama la atención es el visor de modelos en 3D, que nos permite admirarlos desde cualquier ángulo y distancia (remarco lo de cualquier ángulo por las tres Darkstalkers). A continuación se encuentran los temas musicales de escenarios y personajes para que podamos escucharlos y apreciarlos en completa tranquilidad. Y, como guinda del pastel, o más bien como una enorme y jugosa manzana caramelizada, se encuentra la galería de voces; en ella podemos consultar cualquiera de las más de 70 líneas por personaje (incluído Galactus), encontrando desde frases de presentación, de victoria, gritos de dolor, ataques especiales, hypers... Mención especial a Deadpool, cada una de sus líneas conseguirá arrancarnos al menos una sonrisa.
Si este último modo sobresale de tal manera es gracias a la calidad de los actores de doblaje y a la imaginación y ganas que se han dedicado. Por poner un caso ilustrativo, cada personaje dirá el nombre del que le sustituya cuando hagamos un cambio, con el factor añadido de que muchos de ellos cuentan con apodos especiales para otros tantos. Hulk, por ejemplo, no da ni una. Quizás pueda pasar desapercibido en el fragor de la batalla, pero la abundancia de detallitos y frikadas como ésta favorecen enormemente al global, y muchísimos fans lo agradecen. Muchos de los colores alternativos, por ejemplo, siguen esta línea de amor hacia el fan, especialmente en el bando de Marvel.