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Mass Effect 2

2010: Odisea dos.

El trabajo técnico, como no podía ser de otra forma, también resulta portentoso. Mass Effect 2 es uno de los juegos más potentes del catálogo de Xbox 360 a nivel gráfico, gracias a un inteligente uso del Unreal Engine 3 combinado con un excelente diseño artístico. Se han mejorado las animaciones gracias a un nuevo sistema que detecta los puntos de impacto y varía la reacción según las extremidades afectadas, las expresiones faciales son más realistas y muchos efectos, como las explosiones o las condiciones climatológicas, han recibido un buen lavado de cara que los hacen mucho más espectaculares que antaño. El nivel de detalle de las texturas es también mucho mayor, lo cual permite ofrecer una representación mucho más convincente y realista de los diferentes planetas que conforman el universo en el que se ambienta el juego.

Se han solucionado además los defectos más criticados de la primera entrega, como el popping de texturas o las eternas cargas en los ascensores. Este último punto es algo engañoso, porque se han sustituido por unas pantallas de carga con hologramas que en ocasiones duran más de lo deseable, pero lo cierto es que en términos generales el motor gráfico sale airoso en la práctica totalidad de las ocasiones y no sufre para mantener estable el frame-rate evitando así ralentizaciones durante las escenas más complejas.

Donde no existen peros es en el apartado sonoro. La música, compuesta una vez más por Jack Hall y con claras influencias de clásicos de la sci-fi como Blade Runner o Dune y partituras más modernas como la de Cliff Martinez para el remake de Solaris, es un ejemplo de libro sobre cómo la banda sonora puede incidir de forma extrema en una experiencia jugable. Todas las situaciones posibles, desde las más tensas a las más relajadas, están acompañadas de melodías que se adaptan a la perfección y terminan de dar los matices necesarios para completar la escena. El trabajo de interpretación en las voces (con actores de la talla de Martin Sheen, Carrie-Anne Moss, Adam Baldwin, Tricia Helfer, Seth Green o Yvonne Strahovski, quien también cede su físico al personaje de Miranda), por su parte, sólo puede calificarse como sublime, conformando uno de los cástings con más calidad que han podido verse en un videojuego hasta la fecha. EA no ha doblado el juego al castellano (pese a que sí contaremos con subtítulos en nuestro idioma), pero la verdad es que el juego hubiese perdido muchos enteros al no contar con el impresionante trabajo realizado por los actores originales.

Todo ello no hace sino confirmar la enorme ambición con la que se ha construido Mass Effect 2, con una atención por los detalles que ralla lo enfermizo. No hay ni un solo apartado en él que pueda calificarse como inferior a los demás. Podría estar horas hablando de las bondades de una historia épica que deja unos excelente cimientos para la futura conclusión de la trilogía. Os podría contar cómo durante toda la aventura fui consciente de que iba preparándome para cumplir mi destino a medida que se acercaba el enfrentamiento final, cómo disfruté perdiéndome entre la multitud del planeta asari Illium mientras escuchaba sus conversaciones, cómo notaba la presión de la hostil sociedad sin ley de Omega cuando intentaba reclutar a un miembro para mi tripulación o cómo intentaba engatusar a Miranda con mis dotes de seducción para llevármela al catre. El regreso de viejos personajes del primer juego resulta tan agradable como reencontrarte con un viejo amigo, mientras que algunos de los nuevos suponen una interesante adición rebosante de carisma por los cuatro costados (sí Thane, te estoy mirando a ti). Mass Effect 2 es uno de esos juegos que te absorbe hasta extremos insospechados, en los que sin darte cuenta descubres que llevas varias horas pegado a la consola sin parar. Pero es mejor que lo descubráis vosotros mismos.

Porque es imposible condensar en unas pocas páginas de texto la grandeza del nuevo juego de Bioware, uno de esos títulos que dentro de varios años seguirán siendo recordados como uno los pasos más firmes hacia la madurez del medio interactivo. Dejando de lado que nos encontramos ante un hito sobre cómo un estudio puede/debe afrontar una secuela (nunca antes había adquirido tal importancia nuestra experiencia con una entrega anterior), Mass Effect 2 se postula como el mejor RPG de la actual generación, pero al mismo tiempo es un excelente juego de acción que abarca un público potencial mucho más amplio. Un excepcional guión, unos valores de producción dignos de un blockbuster de Hollywood y una cuidadísima mecánica jugable son sólo la guinda del pastel: la nueva aventura del comandante Shepard es una experiencia lúdica ineludible para cualquier aficionado a los videojuegos. ¿GOTY 2010 en enero? Con casi total seguridad, sí.

10 / 10

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