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Modern Warfare 2

Un paso adelante para la industria.

Los escenarios por los que te mueves son de esos que remueven todos los miedos que puedas tener bien guardados dentro, y hay unas cuantas imágenes impresionantes en la invasión rusa de los Estados Unidos. Por ejemplo que tengas que cubrirte de un tiroteo enemigo tras un banco de un McDonald’s, o ver lujosos coches en llamas aparcados en jardincitos típicos de barrios residenciales. Y más, pero es sorpresa.

Las otras localizaciones, como Brasil o las ambientadas en terrenos árticos, también cumplen. Siempre se procura tenerte enganchado a la historia con un alternancia de personajes, con giros argumentales y con cambios en la forma de jugar. La historia en sí no es de Oscar, para qué mentir, pero sí que propone una reflexión mucho más decente que la del primer Modern Warfare. Una reflexión un tanto hollywoodera y muy de barriles explosivos y banderas en llamas, pero ya es a lo que vamos.

Si nos metemos un poco en el detalle del combate, es muy destacable que se haya solucionado el problema de los checkpoints invisibles. En los anteriores juegos siempre había un punto que tenías que cruzar para poder avanzar; de otro modo seguían viniendo enemigos hasta el infinito. Sin embargo en Modern Warfare 2 la cosa cambia y los jugadores que prefieran acabar con todos los enemigos del escenario podrán hacerlo. Eso va especialmente bien con la dificultad de Veterano, porque dependes más de tu habilidad que de la suerte. Y también afecta al diseño de los escenarios, que son algo más abiertos y proponen varias rutas de avance. Hay que elogiar profundamente el trabajo que han hecho en este sentido. Es totalmente distinto avanzar en el interior de una casa o de cobertura en cobertura en campo abierto; y todo, todo, está puesto ahí por algo. Lo mismo que las armas, muy variadas y a la disposición del jugador para que avance con la que más le guste.

Pero evidentemente el modo campaña, que dura entre 6 y 8 horas dependiendo de tu habilidad (o cien mil en veterano por lo difícil que es) es sólo una tercera parte de lo que viene en el disco —que, por cierto, se carga rapidísimo y entre que lo ponemos en el lector y empezamos a jugar pasan muy pocos segundos—.

Las Special Ops son la novedad más evidente. Es un modo cooperativo de una duración similar a la campaña para un jugador y que consiste en 23 misiones de diversa temática. La mayoría utilizan escenarios del modo historia, aunque hay algunos especiales diseñados para este modo. El objetivo y la forma de jugarlas, en cambio, es radicalmente diferente, y no van ligadas a ninguna historia. Como el epílogo del avión del primer Modern Warfare, para los que lo hayáis jugado.

Aunque puedes darle caña solo, lo ideal es encontrar un compañero de aventuras, ya sea a tu lado en el sillón para pantalla partida o a distancia. A partir de ahí tendréis que elegir en qué dificultad competir; la más fácil te da una estrella, la intermedia dos y la difícil tres. Cada una tiene unos objetivos más o menos complejos y conectados con la temática de cada prueba, que puede ir desde completar una carrera de motos de nieve hasta infiltrarse sin ser visto a una base enemiga. En algunos casos la compenetración con tu partenaire tiene que ser absoluta, así que mejor que os concentréis y no hagáis mucho el suicida porque tirar por la borda una misión de 20 minutos, sin checkpoints, y al final de todo, puede romper más de una relación de años.