Need for Speed: Hot Pursuit
Corre corre que te pillo.
Si a la saga de carreras más popular y exitosa de la historia de los juegos, Need for Speed, le ponemos delante los desarrolladores que mejor entienden eso de los coches arcade, Criterion... la mezcla debe ser de esas que te hacen explotar la cabeza. Hemos podido jugar unas cuantas partidas a Need for Speed: Hot Pursuit, y a cada vuelta nos gusta más. La cabeza sigue estando encima de los hombros.
Los productores nos comentan, en el stand de EA del E3, que los fans llevan pidiéndoles poder correr como policías durante siete años. Por fin se han decidido, pues, a dar el paso, y han pensado un juego con dos modos carrera: uno para los fugitivos y otro para los que están del lado de la ley. Serán totalmente distintos, cada uno con sus coches, su progresión y sus particularidades. Y eso es todo, no han querido enseñar nada más de ese apartado en esta feria, así que seguramente hasta la Gamescom no podamos seguir investigando.
El centro ha sido el multijugador, en concreto el modo "Intercepción". Aunque en el juego final podremos configurar carreras de hasta 8 jugadores —con la proporción de fugitivos/polis que queramos— sólo nos estaba permitido el 1 contra 1.
Al principio, a decir verdad, todo parecía un poco desangelado. Los escenarios vacíos, muy poco tráfico, y los choques menos espectaculares que recordamos. Tras Split/Second, el nuevo Motorstorm o incluso NFS: Shift eso es algo en lo que tendrían que centrarse, no puede ser que nuestro vehículo rebote como una pelota de pinball y que no disfrutemos cuando hacemos chocar al rival.
La mecánica es simple: jugar al gato y al ratón. Uno tiene que huir y el otro tiene que impedirlo. El coche del policía es mucho más fuerte, y tanto en su pantalla como en la del otro aparece un marcador: la vida que el queda al fugitivo. Ganará la partida cuando consiga rebentarle el vehículo. El otro tiene que intentar escapar y salir del radar del poli por unos cuantos segundos si quiere la victoria.