Need for Speed: Undercover
NFS: Most Wanted 1.5.
Hace ya bastantes años que la saga Need for Speed abandonó las carreras con coches lujosos por el tuning barriobajero, con un resultado más que aceptable. Desde entonces, a excepción de los Underground, no se han producido secuelas directas. Así, tenemos los Underground 1 y 2, centrados en la parte de personalizar el aspecto del coche; Most Wanted, con persecuciones contra policías; Carbono, un puente entre dos aguas que no destacaba en nada; y Pro Street, un capítulo que ojalá quede en el olvido por siempre jamás. Este Undercover parece seguir esta tendencia… en parte. Y es que en el fondo es una continuación del Most Wanted.
El juego nos pone en la piel de un policía especializado en infiltrarse en bandas de ladrones de coches, cuya superior (interpretada en las secuencias por la atractiva Maggie Q) nos encargará una tarea casi imposible: infiltrarnos en una de las bandas más peligrosas de la ciudad en sólo una semana, cuando normalmente se tardan meses. Es hora de sacar brillo a nuestra carrocería, meter primera y salir a hacer todo tipo de delitos que atraigan la atención de estos delincuentes.
En principio puede parecer que sus creadores han tratado de dar algo más de profundidad a las sosas historias de los anteriores títulos de la saga, que se limitaban a: recuperar la fama perdida tras perder una carrera/perder tu coche/tener un accidente, o dos o más de las anteriores. Esta es su intención, pero no logran conseguirlo. Sí que es verdad que asistiremos a escenas más a menudo, pero se limitan a dos tipos: Maggie Q enseñando cacho y ordenándote algo (en este orden) o un tipo que va de malote retándote a una carrera mientras un chica ligera de ropa te echa una mirada que insinúa que quiere hacer de todo contigo menos jugar a las cartas.
Si hemos jugado a títulos anteriores de la saga, una vez nos pongamos al volante tendremos esa sensación tan molesta de “esto ya lo he vivido”. En concreto, con Most Wanted. El mismo control, el mismo tipo de pruebas, la misma interfaz, los mismos objetivos. Han cambiado la ciudad (aunque algunas zonas me han recordado sospechosamente a las de Underground 2 de día), pero en el fondo lo que hay que hacer es casi lo mismo: acumular Bolsa a base de provocar destrozos para avanzar en la historia.
Undercover tira por lo seguro, manteniendo el refinado control arcade marca de la casa, con tremendos derrapes, giros imposibles, y un sistema de colisión que permite que choquemos de frente contra una furgoneta y sea ésta la que sale despedida. Es de ese tipo de juegos en el que se logra que te olvides de que estás con un mando: todo lo que haces se reproduce a la perfección.
En el juego hay básicamente dos tipos de pruebas: las de llegar primero, y las de llegar a secas. Dentro de la primera clase están pruebas como Circuito, Sprint (como Circuito, pero sin dar vueltas), Demarraje (curioso nombre para las pruebas de dejar atrás a un único rival) y Carrera de Autopista, que es lo mismo que la anterior pero teniendo que sacar mayor distancia al rival y con la policía campando por ahí en múltiples ocasiones. Creemos que va siendo hora de tratar de innovar un poco, porque saben a poco y se hacen repetitivas al final del juego.