Overlord II
El juego menos navideño.
La segunda parte de Overlord es una de nuestras apuestas para este 2009; por ello hemos decidido traduciros las primeras impresiones que nuestro compañero Kristan Reed ha escrito para Eurogamer.net. Y es que en estos días de paz y concordia no hay nada tan reconfortante como pensar en hacer el mal. Al fin y al cabo, como ya dijeron los Rolling, a estas alturas ya nunca nos harán unos santos. Así que...
Si eres uno de los pocos que llegó al final de Overlord 1, puede que te estés preguntando cómo es posible que haya una secuela, con el auténtico Overlord muerto y todo eso. Afortunadamente para los amantes de la pura maldad, esto es un videojuego, así que descubrimos que tuvo un hijo, y justo cuando estaba a punto de caer en las garras del Imperio dominante, fue rescatado por lacayos orejudos y escamosos que le reconocieron como su nuevo maestro. ¡Problema solucionado! Bastantes años después, tiene su propia Torre Oscura, que una vez más actúa como la base de operaciones del juego, desde donde el jugador inicia una guerra de guerrillas contra el aburrido a la vez que simpático Imperio.
Hasta el momento, y por mucho que amáramos el primer juego (y su expansión Raising Hell) incluso sus más fervientes admiradores estaban de acuerdo en que todavía no habíamos tenido suficiente ración de maldad. No tuvimos suficiente con arrasar la tierra y esclavizar a su población; queríamos dejar a los ciudadanos abatidos ante nuestro poder conquistador y que suplicaran piedad. Queríamos reír con una carcajada que hubiera hecho que Brian Blessed (el actor que interpretó a César Augusto en "Yo, Claudio") se encogiera en una esquina. Así que fue una gran sorpresa descubrir, en nuestra visita a los estudios de Triumph Studios, que los desarrolladores han captado el mensaje.
Uno de los cambios más importantes que notaremos en la jugabilidad de aventura-estrategia es que las elecciones no son únicamente sobre bien o mal. Después de todo, eres un Overlord socarrón con una espada gigante, una temible armadura y un casco con astas; el concepto de bien no entra en la ecuación. Tal y como explica el director creativo de Triumph, Lennart Sas, la premisa de la secuela es la tiranía sin trabas. Los jugadores ahora escogen diversos grados de maldad; ¿eliges la despiadada dominación de la esclavitud, o la sucia y rastrera destrucción demoníaca?
Cualquiera que sea el camino que escojas tiene consecuencias en cómo juegas al título gracias al sistema de hechizos. “Si te conviertes en un tirano dominador, tus hechizos serán mejores para someter a la población a tu malvada voluntad,” explica Sas. “Controlar un pueblo de ciudadanos con el cerebro lavado te da más beneficios a largo plazo, mientras que destruir una ciudad te da una instantánea gratificación malvada: las almas de los ciudadanos muertos y el tesoro robado de sus casas destruidas serán tuyos”.
El núcleo de la jugabilidad continua enraizado en la acción-estrategia tipo Pikmin-conoce-a-Sacrifice del original. Una vez más controlas al Overlord en el típico estilo de las aventuras de acción en tercera persona con el stick izquierdo, y desperdigas a tus malvados lacayos por la pantalla con el derecho. La mayoría de veces no tienes que ensuciarte las manos, sino dejar a los chillones Gremlins hacer su trabajo, la mayoría de veces con divertidos y demoníacos resultados.
Nuevamente, hay cuatro tipos de lacayos según su color. Todavía puedes confiar en las mismas habilidades base, de forma que los Marrones son tus mejores luchadores cuerpo a cuerpo, los Rojos son tu mejor arma a distancia con su habilidad de lanzar bolas de fuego y su resistencia al mismo, los Verdes intoxican áreas y se infiltran, mientras que los Azules son buenos sanadores que pueden atravesar el agua. Lo que hace que la cosa se ponga interesante es la habilidad de los lacayos de montar otras criaturas, añadiendo un número extra de habilidades.
Los Marrones ahora pueden montar lobos y formar una rápida carga de caballería. No sólo pueden viajar más rápido que antes, sino que pueden saltar obstáculos, golpear más a los enemigos y causar mayor daño con su furioso mordisco. Los Rojos, por su parte, pueden montar salamandras de fuego. Descritos como “lanzallamas vivientes” serán capaces de disparar explosiones de fuego concentradas, al igual que podrán “cavar hacia los agujeros de los gnomos para cazar” y saquear sus bienes. Las arañas cabalgables de los Verdes serán ahora capaces de subir muros y atrapar a sus enemigos con telarañas como lo haría Spider-Man. Los Azules, sin embargo, no tienen la oportunidad de unirse a la fiesta de montar. Snif.
Además de estas nuevas habilidades, también podrás comandar un Campeón Lacayo, que puede liderar grupos de más de 10 lacayos en combate. Tomando elementos prestados de Cannon Fodder, tus lacayos tienen ahora una identidad de clase, así que por suerte sentirás más apego hacia ellos, y más tarde en el juego puedes incluso encontrarte un cementerio de lacayos donde podrás resucitar a tus preciados comandantes.