PlayStation Home
Tierra de nadie al servicio de las masas.
Hoy se cumple un mes exacto desde que Sony lanzó la beta pública de Playstation Home. Apenas una semana antes de su estreno os ofrecimos nuestras primeras impresiones y lo hacíamos además con unas expectativas de futuro mas bien generosas.
En gran medida muchas de ellas siguen intactas mientras que otras, sinceramente, han causado cierta decepción. Claro que tratándose de un servicio gratuito y que hace de su condición de beta un perfecto escudo ante las críticas, realmente es complejo establecer un análisis objetivo en torno a él. Sobre todo porque, tal y como apuntamos en el titular del artículo, se está convirtiendo peligrosamente en una auténtica tierra de nadie al servicio de la masa social.
De sus características principales sobre creación de personajes, opciones y manejo del avatar ya os hablamos en su día, así que aprovecharemos ahora para indagar en otros aspectos y echar un vistazo global, incluyendo también las versiones americana y asiática.
En Europa podría decirse que hemos recibido una de cal y otra de arena, aunque quienes más lo han notado han sido los que tuvieron oportunidad de probar la beta cerrada. Para el recién llegado, por tanto, suponemos que habrá resultado bastante refrescante echarse unas partidas en los billares, bailar Lolly-Pop o perseguir de manera incesante a las féminas del lugar. Mientras éste último fenómeno se repite insistentemente en todas las regiones, lo relativo al ocio puro y duro resulta bastante escaso en comparación.
Los americanos, por ejemplo, disfrutan de un sencillo juego en su plaza central titulado Saucer Pop en el que manejamos un platillo volante y hemos de capturar estrellas, esquivar minas y procurar mantener nuestro nivel de combustible en las mejores condiciones. Resulta atractivo (totalmente en 3D) pero como casi todo en HOME, pierde gran parte de su interés pasados los diez primeros minutos. Sin embargo es Asia la que se lleva el gato al agua aunque solo sea por incluir el Namco Museum en su bolera (aquí llamada Game Space). Previa descarga en Playstation Store, podemos catar los primeros niveles de clásicos como Galaga, Pac-Man, Dig-Dug y Xevious. También han añadido un juego de dardos y el aspecto de la sala es completamente diferente al resto (más pequeña y alargada).
Es tan solo un diminuto ejemplo de las diferencias que encontramos entre las tres zonas, ya que sin ir mas lejos el diseño arquitectónico de las plazas resulta enormemente dispar. Mientras que el europeo (en esa línea Hill Valley que os comentamos en su día) puede llegar a ser acogedor, el estilo escogido por los equipos de desarrollo americanos y asiáticos se exceden en zonas muertas y excesivamente diáfanas. La segunda se salva por la original composición modernista de algunos edificios, pero en ambos casos el ambiente es frío, reforzando el carácter aséptico y extra-limpio con el que Sony ha decidido impregnarlo todo.
Es de esperar que los espacios temáticos de otras compañías (relacionadas o no con el mundo del videojuego) aporten algo más de diversidad al paisaje, como así lo suponen las áreas de Uncharted o Far Cry 2, disponibles únicamente en USA. Recrean localizaciones basadas en esos juegos aunque su utilidad de momento se restringe a conformar un ambiente distinto, si bien en el Sully`s Bar al menos incluyen una nueva recreativa (todo un homenaje al pixel brutote llamado Mercenarie Madness) así como un puzzle de contraseñas para acceder a otra estancia (Smuggler´s Den). Al bar exclusivo de la versión asiática le ocurre algo bien parecido, y es que como ya apuntábamos hace un mes, el éxito de Home parece estar apoyándose casi exclusivamente de la interacción entre usuarios ansiosos por chatear y vestir a sus avatares. Lo que deja bastante indiferente a quien por el contrario espera juegos cooperativos, descargas de contenidos exclusivos o simplemente una manera agradable de acceder a tráilers, avances y un tipo de interacción más compleja.
La esperadísima isla paradisíaca de Red Bull pretendía comenzar a llenar ese hueco, pero tras comprobar que a pesar de su innegable atractivo inicial de nuevo nos encontramos con un ejercicio excesivamente casual (léase en castellano), parece que aun queda mucho trabajo para lograr convencer a los más escépticos. En esta zona podemos escoger tres tipos de aeroplanos diferentes y sobrevolarla como si de un tutorial de Pilotwing 64 se tratara, pasando a través de anillos y completando el circuito en el menor tiempo posible. Nos duele tener que decirlo, pero sin duda se trata de una experiencia completamente prescindible.