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Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas

Tormenta de arena y poco carisma.

Ubisoft ha tenido claro, casi siempre, la fórmula que llevó al éxito a la franquicia Prince of Persia. En esta ocasión, sin embargo, las circunstancias —que se estrena una película sobre su mundo, básicamente— han sembrado dudas sobre si este proyecto está hecho deprisa y corriendo o si hace, realmente, honor a su nombre.

Antes de entrar en materia, comentar lo curioso que resulta todo esto del filme. Lo han hecho inspirándose en la saga Prince of Persia, concretamente en el excelente “Las Arenas del Tiempo”, que salió en 2003. Como está claro que no era el momento de hacer un remake, Ubisoft ha mirado de reojo la película y ha creado una “intercuela”, ojo al palabro, con una historia que dicen que está entre ese y “Las Dos Coronas”.

En realidad esta explicación oficial está un poco cogida por los pelos, porque no se toca demasiado la línea argumental de los otros títulos.

En todo caso, este juego basado en una película basada en un juego retrocede en el tiempo a nivel jugable y rompe absolutamente con lo que vimos en 2008.

Las raíces son de plataformas puro pero adaptado ligeramente a los nuevos tiempos. Se nota, y mucho, que es primo hermano de Assassin’s Creed, ya que todo el sistema que permite escalar y saltar de un lado para otro es muy parecido. Al principio sorprende, y para bien, porque gráficamente nos ha asombrado —es más que correcto— y las animaciones están bastante trabajadas.

Este Príncipe tiene una afición desmedida por subir por las paredes y pasear por las zonas más altas de su gran palacio. Y bien que hace, porque están en medio de una invasión que acaba en ultrainvasión. Su hermano Malik intenta combatir al ejército rival, que está ya en las puertas de su reino, invocando a los soldados del Rey Salomón.