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Red Dead Redemption: Undead Nightmare

El Bueno, el Feo y el Zombi.

Cuando san Juan se sentó en la isla de Padmos para escribir su peculiar añadido al libro de libros, seguramente ocultaba en algún rincón de su alma el deseo de que, en el futuro, Rockstar mezclase su Apocalipsis con las leyendas mayas para crear un festín inigualable de muertos vivientes y profecías del fin del mundo. Por fortuna para todos, sus aspiraciones se han visto, al fin, satisfechas. Los muertos han empezado a levantarse de sus tumbas en New Austin y alrededores para hacer lo que mejor saben: devorar entrañas de inocentes y culpables por igual y extender su maldición por toda la faz de la Tierra. Y ya iba siendo hora.

Podéis imaginar Undead Nightmare como una mezcla perfecta, como pensada en el paraíso del entretenimiento, entre Red Dead Redemption, un episodio de Halloween de Los Simpson y una película de George A. Romero. Del primero toma la excelencia técnica, la diversión, el ambiente; de lo segundo toma el humor, la sátira y el sinsentido; del tercero toma el gore y la intención subversiva. El argumento nos planta en una realidad alternativa de la historia de John Marston, en un momento en que su plácida existencia familiar se ve truncada por el alzamiento de los muertos de la zona. Nuestra meta será encontrar la manera de salvar lo que queda de su familia, revisitando en el empeño todos los escenarios y personajes que tan buenos momentos nos hicieron pasar en el juego original.

Los detalles del argumento es mejor que los descubráis por vosotros mismos, pero hay que advertir que Undead Nightmare bien puede ser la pieza más lograda de entre todo lo que han escrito en Rockstar, alternando diálogos desquiciados e hilarantes con momentos de profunda emoción, especialmente si se conocen el desarrollo y el desenlace de Red Dead Redemption. Como suele suceder en el género, hablar de zombies da pie a elaborar una inteligente crítica social y política que retrata las realidades de nuestro mundo: misiones secundarias como "El origen del conservacionismo" son buenos ejemplos de esto, pero la cosa no acaba ahí.

Undead Nightmare es una denuncia en toda regla del fanatismo religioso y político estadounidense, pero es también y al mismo tiempo una deliciosa pieza de humor macabro y absurdo, regada de homenajes y referencias a distintas tradiciones y medios. Todo en él está inteligentemente teñido de una atmósfera irreal y mágica, empezando por detalles como las alteraciones que, a consecuencia del estallido de la plaga, han sufrido la fauna -negrísimos machos cabríos, inmensos lobos negros y gigantescos murciélagos pueblan ahora el medio ambiente- o la paleta cromática, que ofrece ahora cielos verdosos y magentas, con la neblina de la maldición extendiéndose hasta el horizonte en los días sin sol y las noches sin estrellas.