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Rise of Nightmares

¿Diversión en serio para jugadores serios?

Rise of Nightmares es el primer título en llegarnos de la tan esperada oleada de juegos "serios" que varios estudios están desarrollando para Kinect, y que Microsoft publicita en su página web bajo el eslogan "diversión en serio para jugadores serios".

Además de ser un abanderado de la seriedad, este juego desarrollado por los mismos responsables de la saga House of the Dead mantiene la macabra puesta en escena, los intérpretes no-muertos y el gore del mata-zombis sobre raíles de SEGA; pero cambia radicalmente en lo más importante: el esquema de control. Rise of Nightmares es un juego de acción en primera persona que se controla única y exclusivamente con nuestros movimientos, característica que lo convierte en un título innovador a pesar de que como juego no de la talla.

Para avanzar hemos de dar un paso hacia adelante, para asestar un hachazo imitamos ese mismo movimiento, para nadar hacemos ver que lo estamos haciendo, lo mismo para subir una escalera, accionar una palanca, agacharnos, quitarnos de encima unas sanguijuelas, etc. La experiencia es muy cercana a lo vendría a ser un juego FPS, aunque claro está, en lugar de estar apoltronados en el sillón que hay delante de la tele, estamos de pie intentando -siempre con una expresión seria como buen jugador serio que somos- que el dispositivo de detección de movimientos interprete bien lo que queremos hacer.

Combinando la posibilidad de avanzar o retroceder utilizando los pies casi como los pedales de un coche, girar moviendo el torso, e interactuar con el entorno marcando con la mano sobre los menús contextuales que aparecen en pantalla, no tan solo logramos parecer una imitación casera de Jack Sparrow (le robo el chiste a Dan Whitehead porque realmente es así) sino que podemos movernos libremente por pútridas catacumbas, bosques neblinosos, castillos llenos de trampas, salas de tortura y el resto de escenarios pasilleros. Hasta aquí la idea funciona bastante bien y sorprende, aunque se echan en falta una función para mirar arriba y abajo, y que nuestro personaje vaya un poco más rápido -o ya puestos, que corra un poco.

Acostumbrados al típico lag de Kinect la precisión de lo que hemos visto hasta ahora es bastante decente; lo mismo que durante nuestros primeros enfrentamientos. Para luchar alzamos los brazos en posición de combate y nuestro personaje se pondrá a la ofensiva, podemos entonces dar puñetazos, pegar con el arma que llevamos encima en ese momento, o dar una patada para alejar a los enemigos.Luchar contra pocos de ellos funciona de forma bastante aceptable, pero a la que se juntan más de dos zombis la cosa ya empieza a desmadrarse, a la mínima nos rodean y Kinect nos deja bastante tirados. Es en los momentos de máxima acción y cuando requerimos actuar con rapidez que este sistema de control muestra su lado más ortopédico, haciendo aguas hasta niveles desesperantes. ¡Y de nada nos servirá ser jugadores serios que fruncen el ceño como Mark Wahlberg!