Skip to main content

SoulCalibur: Broken Destiny

Exprimiendo PSP a punta de espada.

Repetir el éxito cosechado con la saga Soul Calibur. Éste es sin duda el objetivo impuesto por Namco a la hora de concebir Broken Destiny en PSP. Y no es una labor sencilla. Más allá de la calidad de los programas, la serie ha logrado instaurar un reducto de personajes en lo más alto de los rankings de popularidad de los juegos de lucha tridimensionales, cosa nada fácil sopesando la feroz rivalidad que existe en los salones arcade de oriente.

Con unos buenos cimientos sobre los que edificar en el campo de las portátiles, la gente de Project Soul y Tekken Dark Resurrection, que habían demostrado hace un par de años la viabilidad de proveer una tasa de frames adecuada al mismo tiempo que unos gráficos aparentemente idénticos a sus equivalentes en consola, roza la excelencia en Broken Destiny gracias, en buena parte, a un motor gráfico pulido hasta decir basta.

Esta nueva entrega bebe directamente de los cánones estéticos y mecánicos impuestos por la cuarta parte de la saga para Xbox 360 y PS3, y se aferra con fuerza a la polivalencia de su sistema de armas blancas fusilando de forma descarada a la mayoría de personajes y movimientos vistos hace un año. De este modo, encontramos una plantilla con dos únicas incorporaciones, Kratos, el Fantasma de Esparta, el cameo característico, y a estas alturas casi deseado de toda iteración desde Soul Calibur II, y Dampierre, el "newcomer" por excelencia personificado en genio de las artes echado a perder.

Kratos, el protagonista de God of War, es un gran invitado especial.

Ambas incorporaciones son igual de atractivas a los ojos del jugador ya sea por los devastadores combos del espartano o las raterías de Dampierre, cuya picaresca se acerca mucho al estilo de lucha de los rateros o asesinos, cuchillas ocultas mediante. Por lo demás, el resto de insignias están presentes, como no podía ser de otro modo, entre ellas Sigfried, Kilik, Mitsurugi, Seong Mina, Taki, Cervantes, Nightmare,... así hasta completar el roster de hace un año. Y estad tranquilos, porque los personajes de Star Wars han desaparecido. Por el momento.

Con la intención (o no) de cesar el asedio al que han sometido el modo historia en los últimos juegos, en Broken Destiny Namco se opta por incluir una variante conocida como El Guante, la cual propone un total de treinta capítulos que narran una aventura cuyo objetivo es la búsqueda de una cura para el padre de Hilde. Pero como bien se advierte nada más comenzar, los acontecimientos acaecidos durante la partida son de carácter accesorio y están al margen de lo narrado por el hilo argumental principal, constituyendo una incompresible decisión dirigida a mantener intacto un trasfondo de lo más insustancial y prescindible.

El apartado técnico de Broken Destiny es excelente.

En cualquier caso se echa de meno la estructura clásica del modo historia, que en comparación con lo que tenemos entre manos ofrecía un mayor interés de cara al jugador, y lo único que mejora respecto a su hermano mayor, en lo que a opciones se refiere, es el tutorial inicial, en el que se conduce a los primerizos entre la maraña de ataques altos, medios y bajos, guardias, rupturas de guardia y "guard impacts", combos y "critical finishers". Mejor que nada desde luego que es, pero aún así la dificultad del título está por encima de la media (punto en contra si consideramos que no tiene selector para ajustarla) y para aquellos como un servidor, a los que le salen ronchas de dar hostias en 3D, un tutorial a veces no es suficiente para adaptarse al sistema.