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Space Siege

Como los pequeños entretenimientos.

Nos ha pasado a todos. De pronto te das cuenta de que llevas horas tratando de colar bolitas de papel en el cubilete de los lápices utilizando una cuchara como catapulta, y además te estás divirtiendo… Quizás en ese momento en que te descubres dedicando tu tiempo a algo así te sientes un poco estúpido pero, demonios, ¡es divertido! Quizás no es el tipo de entretenimiento que uno planea para sus tardes del sábado, pero en ocasiones no necesitamos más para quemar horas. Algo así ocurre con los Dungeon Siege, del que este juego es heredero directo. No son títulos extraordinarios, pero en ciertas circunstancias ofrecen una diversión directa y eficaz, sobre todo cuando se juegan junto a otros.

Space Siege es la tercera iteración de la saga “Siege”. Los dos primeros (Dungeon Siege 1 y 2) estaban ambientados en mazmorras medievales, con enanos, hachas y sudor masculino. Este tercero cambia de ambiente y se sitúa en el espacio, sustituyendo el acero por lásers y plasmas. En cualquier caso, los corredores de una estación espacial y sus salas de carga son básicamente pasadizos y galerías, así que sigue siendo un juego de mazmorras.

Recordemos que una de las características elementales de la serie Siege es su esquema de control, similar al de juegos como Diablo. Controlamos el movimiento de nuestro personaje clicando sobre cualquier punto del escenario, indicando así el lugar donde debe dirigirse. Para disparar haremos clic derecho sobre cualquier enemigo. Con los botones de dirección del teclado moveremos la cámara. Contamos además con una barra en el margen inferior de la pantalla para ejecutar distintos “hechizos”, que en el caso de Space Siege se traducen en habilidades tecnológicas. Es decir que, a fin de cuentas, es lo mismo una “descarga estática” que un “conjuro del relámpago”, por ejemplo.

El esquema de juego, como hemos comentado, es muy similar al de los Sieges anteriores. Moveremos a nuestro personaje por escenarios relativamente pequeños y claramente lineales con un destino marcado de forma evidente. Durante el trayecto aparecerán hordas de enemigos que, generalmente, correrán hacia nosotros. Sin duda alguna el término que mejor define el estilo de juego es el anglicismo “hack & slash”, que se suele aplicar a juegos roleros de mucho mamporro y poca cavilación. Esto marca una dinámica de juego frenética, ya que los momentos de descanso entre oleadas son relativamente escasos, y será necesario combinar continuamente ataques a corto alcance contra los enemigos que están más próximos a nosotros con ataques de rango, que ralenticen el avance de los más lejanos.