StarCraft II: Wings of Liberty
El ajedrez del siglo XXI.
Para aquellos a quienes todo esto les coja un poco desprevenidos convendría aclarar que StarCraft es un juego de estrategia de ciencia-ficción sumamente adictivo, por eso es tan importante que todo aquello que hay detrás del juego funcione a la perfección. Nos pasaremos muchas horas delante del ordenador y entre escaramuzas y refriegas galácticas uno debe sentirse cómodo con la interfaz. De la misma manera es importante que las conexiones online den la talla, y en este sentido hay que destacar la buena respuesta que de momento está dando la nueva Battle.net, la red sobre la que se sustenta todo el juego online, el sistema de clasificaciones, las estadísticas y casi que podríamos decir que todo el juego (aunque nos permite jugar la campaña sin estar conectados). Este servicio online de Blizzard ha sido clave en la gran longevidad y éxito que han tenido sus juegos y coincidiendo con el lanzamiento de StarCraft II la compañía ha lanzado una nueva versión que recoge algunos elementos de las redes sociales, las plataformas online de las consolas y todo el feed-back de su gran comunidad de usuarios. El resultado es un entorno de juego que salvo algún error técnico, que encuentro hasta cierto punto comprensible por la gran afluencia de jugadores de estos primeros días, está funcionando a las mil maravillas.
Pero bien, dejémonos de menús y vayamos al tema, es el momento de empezar a jugar con el modo campaña, que hasta la fecha de lanzamiento ha sido la gran incógnita de este título. El argumento de StarCraft II tiene lugar cuatro años después de los hechos narrados en StarCraft: Brood War, la primera y única expansión que tuvo la primera entrega lanzada en 1998. Estamos en un futuro muy lejano en el que tres especies diferentes se disputan el control de la galaxia; los Terran, que vendrían a ser los humanos y que a su vez están profundamente divididos entre el régimen dictatorial del Dominio y pequeños grupos rebeldes; el enjambre Zerg, que serían una especie extraterrestre de insectoides parecidos a las criaturas del artista H.R. Giger y que en el momento de empezar el juego son los que tienen la sartén por el mango; y finalmente los Protoss, una antiquísima especie de aliens humanoides super-desarrollados tecnológicamente y con toda la sabiduría de una antigua civilización.
Es en este contexto de guerra entre especies que se desarrolla el argumento de este título, pero si uno no está familiarizado con la historia tampoco es motivo de preocupación, ya que en Blizzard han tomado todas las medidas necesarias para que nadie se pierda un detalle recordando los principales acontecimientos durante la instalación del juego (que con los parches que tiene, os aseguro que os dará tiempo a leeros más de una, dos y hasta tres veces). Lo cierto es que desde la primera entrega el argumento de StarCraft siempre ha sido uno de sus puntos fuertes, sobre todo en todo lo referente al trasfondo de este mundo creado desde cero pero que sus creadores se han encargado de alimentar con una historia digna de las mejores novelas de ciencia-ficción.
En este sentido, la gran diferencia con respecto al título original es que en este caso toda la campaña está centrada en los Terran, algo que no sucedía en el primer StarCraft. Este hecho se enmarca dentro de la voluntad de la compañía de convertir StarCraft II en una trilogía que recoja las tres historias, una decisión que como era de prever ha sido muy criticada por la comunidad de jugadores. Sin embargo, después de superar las 26 misiones del juego puedo deciros que no me parece una apuesta equivocada por parte Blizzard.
Aunque a nivel argumental nos encontramos ante una historia llena de tópicos y donde sus personajes son capaces de hablar intercambiando un cliché tras de otro, es innegable que todo el conjunto desprende un carisma especial. Desde Jim Raynor, que es el protagonista, hasta el último personaje más secundario, todos tienen un magnetismo muy curioso y realmente logran que el jugador quede atrapado por estas escenas, la mayoría de las cuales son con un motor especial diferente del del juego, más otras pocas que directamente son CGIs y que rayan a un nivel espectacular (al nivel de las de FFXIII, que no es poco). Realmente os costará sacaros de la cabeza las conversaciones que Raynor mantendrá con personajes como Tychus Findlay, Matt Horner o Rory Swann.