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StarCraft II: Wings of Liberty

Primer contacto con la Campaña.

¿Quién no quisiera ser Blizzard? Cada título de la compañía, desde que abandonaron el terreno de las 16 bits y se pasaron al PC ha oscilado entre el éxito a secas y el bombazo bestial. World of Warcraft, Diablo, Starcraft…

Blizzard es sinónimo de buenos productos y seriedad, de juegos que tienen al jugador en mente y que no se lanzan hasta que no están adecuadamente terminados. ¿Quién no les envidiaría esa posición? No contestéis tan deprisa, porque la cosa no está tan clara, y Starcraft II, que se presentó en sociedad esta semana en Madrid con su inédito modo de campaña, es un caso especial.

El primer Starcraft, piedra angular de los juegos de estrategia en tiempo real, fue uno de esos juegos que marcaron un antes y un después en su género y su plataforma. Sus posibilidades online, su extensísima comunidad, lo competitivo de su sistema de juego, que premia a partes iguales la inteligencia y la habilidad, y al mismo tiempo su accesibilidad, fueron aspectos que lo auparon a lo más alto de los juegos para compatibles.. Hasta tal punto que, si hay un juego que se asocie con los E-Sports, ése es Starcraft: en países como Korea, Starcraft es casi un deporte nacional, con jugadores profesionales tan famosos (y casi tan ricos) allí como Cristiano Ronaldo en Europa.

Así que, imaginad: has creado un juego que se ha convertido en un deporte y ahora, diez años después, te ves en la responsabilidad de lanzar una continuación que innove, pero que mantenga las esencias, que atraiga a los jugadores noveles, pero permita a los expertos divertirse, que pueda usarse para jugar con los colegas, pero también organizar campeonatos profesionales televisados con jueces, árbitros y público. ¿No estaríais temblando?

Pues Blizzard no. Su peso dentro del sector les ha permitido dedicarle a Starcraft II cinco años de desarrollo y otros casi dos de pre-producción. Este cuidado proceso de diseño y desarrollo se ha visto complementado por el lanzamiento hace unos meses de la beta multijugador, que medio mundo está ya jugando, y que está sirviendo para pulir algunos detalles menores del juego. Decimos menores porque Blizzard ha apostado por mantener el sabor original de Starcraft y trabajar en novedosos diseños de niveles, unidades y habilidades, y en poner al día la dimensión social del título.