The Legend of Zelda: Spirit Tracks
Próxima estación... ¡Hyrule!
Esto, sin embargo, no quiere decir que el tren sea siempre algo tedioso. Nada más lejos de la realidad, en Nintendo no se chupan el dedo y no sacarían algo que no fuese divertido. Así, en los trayectos en tren debemos realizar distintas tareas. Lo primero es planificar la que será nuestra ruta y entonces durante el trayecto vigilar en la pantalla superior que no vayamos a chocar contra ningún obstáculo ni contra los trenes kamizake del enemigo. Para cambiar de vía podemos utilizar las palancas que encontramos en los cruces de vías. Otra de las cosas que podemos controlar es la velocidad del tren, un cañón que utilizamos para defendernos de los ataques enemigos y lo mejor de todo... usar la cuerda para avisar a todos de la llegada del tren o simplemente por pura diversión. Todas estas mecánicas le dan un pequeño toque estratégico a cada trayecto y aunque en ocasiones se convierte en algo monótono sus creadores también se han preocupado de aliñar el desarrollo de estos trayectos con pequeños mini-juegos que hacen que todo sea más variado.
Sobre las mazmorras no quiero hablaros mucho, más que nada porque si os digo cuántas y cómo son estaré dándoos demasiados detalles del ya de por si simple y predecible argumento. Sí que puedo deciros que acabar el juego puede costaros entorno a las 20 horas.
Como siempre, en este título se combinan a la perfección la resolución de rompecabezas con la lucha contra enemigos, pero claramente –y gracias al control táctil– predominan los primeros. Los enigmas que vamos encontrando a lo largo de las mazmorras y del juego en general están muy bien ideados y avanzar superándolos uno tras otro se convierte siempre en una experiencia retante que en ningún momento llega a desesperar. A lo largo de la aventura nuestro inventario de gadgets se irá incrementando, aunque en esta ocasión no serán muchos en comparación con otras entregas. Conviene destacar la presencia de una mazmorra central llamada Torre de las Almas a la que deberemos acudir en varias ocasiones y que a medida que avanza la trama se convierte en una macro-mazmorra donde se pone en juego otra de las novedades de este Spirit Tracks.
Y que no es otra que el hecho de que en esta ocasión estamos todo el rato acompañados de Zelda. Resulta que por culpa de un maléfico conjuro la princesa ha perdido su cuerpo, y eso la ha convertido en una especie de fantasma que hará el típico papel que desde siempre han desempeñado las hadas que han acompañado a Link. Ahora bien, su compañía no es algo accesorio ya que en determinadas situaciones Zelda puede materializarse en unas armaduras gigantes llamadas espectros y ayudarnos en nuestra misión. En estos momentos el jugador toma el control de los dos personajes y puede controlarlos de forma independiente para que resuelvan los más de 20 pisos de la Torre de las Almas, que por cierto, es una de las mazmorras más grandes de toda la saga, más incluso que la Mazmorra del Dios del Mar del anterior juego.
Como en la anterior entrega el control es totalmente táctil, es decir, podéis pasaros el juego entero sin tocar ni un solo botón. Link responde forma precisa a todas nuestra órdenes y en algunos aspectos hasta se han pulido algunos movimiento que en PH era algo difíciles de ejecutar, como la voltereta o el ataque circular. De todas maneras cabe decir que en ocasiones se agradecería la opción de poder controlar a Link con la cruceta, sobre todo porque en algunos momentos nuestra propia mano dificultará la visión de la pantalla. Lo mismo pasa con algunos ítems, ya que tener que activarlos a golpe de táctil hará que vayamos más lentos y nos equivoquemos de forma frustrante, algo que se nota especialmente en los enemigos finales, que sorprendentemente en esta entrega os harán sudar tinta.