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Toy Soldiers

Estrategia entrañable.

Sólo hay que escuchar las palabras mágicas: “soldaditos de plomo”. Simplemente con esto, a muchos nos entra un ataque de infancia, recordando con anhelo aquellos maravillosos días en los que nuestro único objetivo era estar todo el día jugando a lo que sea y dar la mayor guerra posible a nuestros padres.

Claro que si la nostalgia se mezcla con uno de nuestros mayores hobbies el resultado puede ser espectacular. Y gracias a ese cóctel nos encontramos con Toy Soldiers, uno de los títulos mágicos y sorprendentes con los que cada año nos deleita Xbox Live Arcade.

Lo primero a destacar es que la ambientación del título nos traslada a la Primera Guerra Mundial, para presentarnos un género de los denominados “Tower Defense”. El principal y único objetivo se centra en defender un territorio de los ataques enemigos. Cueste lo que cueste. Lo bueno de Toy Soldiers es que da una vuelta de tuerca al género, y si os gusta seguro que os sorprende.

Para evitar que los soldaditos de plástico enemigos lleguen a nuestra caja de juguetes deberemos tener muchos factores en cuenta, estudiar el terreno y planear una estrategia coherente. Repartidos por el escenario hay varios puntos en los que podremos colocar diversas unidades de defensa compuestas por nidos de ametralladoras, morteros, obuses, misiles aéreos o armas químicas. Todo este arsenal está controlado por defecto por el propio juego de una manera magistral.

Modelados y animaciones llenos de personalidad.

Hay que mantener a raya las oleadas enemigas para que accedan a la caja de juguetes el menor número posible de rivales, ya que si alcanzan el número estipulado -20 en nivel normal- tocará repetir la misión. Para paliar un posible descalabro, tenemos la posibilidad de manejar en todo momento cualquiera de las armas disponibles y así no echar las culpas a nadie si la misión se convierte en un fracaso. Eso sí, es recomendable maximizar el uso de las ametralladoras fijas, ya que el apuntado de morteros u obuses resulta más exigente. Además, como apoyo en ciertos niveles podremos meternos en la piel de un francotirador situado en una torreta.

También en ciertas fases podremos recrear una acción algo más directa, pilotando biplanos, bombarderos e incluso tanques. Claro que pese a tener la ventaja de un mayor poder de destrucción tienen varios inconvenientes. Los vehículos aéreos poseen un control en el que habrá que realizar peripecias para saber en qué punto del mapeado nos encontramos. Por su parte, los terrestres, ideales para hacer frente a blindados enemigos con sus misiles y a amplias oleadas rivales con los gases situados en los extremos, poseen una velocidad excesivamente lenta. Algo que pese a que pueda resultar algo desesperante le otorga al título un enfoque más táctico.