Avance de Transistor
Un paso más allá de Bastion.
Bastion, el action RPG de Supergiant publicado en 2011, atrajo bastante atención con su espectacular dirección artística, narración procedural y original enfoque en la dificultad del combate. Era un juego que claramente quería redefinir el dungeon crawler isométrico en vez de imitar ciegamente a sus antecesores. A primera vista el nuevo juego del estudio, Transistor, parece hacer lo mismo que Bastion, con su familiar perspectiva isométrica, su mundo colorista y la voz del actor Logan Cunningham, narrando crípticos fragmentos de un misterioso argumento que se desenvuelve poco a poco.
Pero si escarbas un poco más te queda claro que Supergiant quiere hacer algo diferente con Transistor, incluso si la superficie se mantiene aparentemente igual. En esta ocasión juegas en el papel de una cantante llamada Red, la cual aparece en un callejón de la metropolis de neón y art noveau que habita. Temblando en su bonito vestido dorado, Red es incapaz de hablar cuando encuentra una brillante espada azul al lado del cadáver de un amigo. Me explican que este hombre estaba muy cercano a ella, y que murió protegiéndola de esta curiosa arma, llamada Transistor y que da nombre al juego. Esta extraña espada eléctrica, al cogerla, empieza a hablarle con la voz de su fallecido compañero.
Con respecto a Bastion, el papel del narrador parece diferente. No es un extraño, sino un viejo amigo. Esta voz sin cuerpo muestra muchísima compasión por Red, y está claro que ambos estaba muy unidos antes del incidente que dejó a uno como una espada parlante y a la otra siendo cazada por extraños robots que buscan la espada por razones desconocidas.
Mientras Red y su incorpóreo amigo viajan por este mundo encuentran a gente muerta cuyas almas entran en el Transistor y otorgan al jugador nuevos poderes. ¿Toda esta gente murió a manos de esta arma? ¿Qué hace exactamente? ¿De dónde vienen todos estos robots y por qué quieren la espada con tanta insistencia? ¿Y por qué no hay nadie más alrededor? Está claro que algo raro ocurre, pero los fantasmas parecen ser aquí tus amigos.
El cambio más importante de Transistor con respecto al anterior juego de Supergiant es un nuevo sistema de combate que parece realmente brillante. Su mecánica central es un componente de estrategia llamado Turn, que opera como si fuese una mezcla entre el VATS de Fallout 3 y el sistema "marcar y ejecutar" de Splinter Cell Conviction. En cualquier momento puedes pausar el tiempo y ejecutar las acciones que quieras. Cada una de ellas - ya sea caminar, disparar un láser o utilizar tu espada - consumen parte de un medidor de energía situado en la parte superior de la pantalla. Una vez has definido tu plan de combate seleccionas la opción para confirmarlo y miras como Red lo ejecuta.
Es increíblemente intuitivo. La transición del combate en tiempo real a este modo estratégico se hace forma suave y no intrusiva, como cuando usabas el pincel celestial de Okami - hasta el punto de activarlo con un gatillo. No hay una rejilla, y los enemigos no devuelven los ataques por turnos. Puedes incluso cancelar movimientos si no estás satisfecho con tu plan de combate. En resumen, te hace sentirte poderoso.
El lado malo está en que debes esperar varios segundos a que se rellene tu medidor de energía, porque hasta que no lo haga no podrás atacar. Por su puesto, siempre puedes dejarlo de lado con la lucha en tiempo real. Siendo así, los jugadores pueden escoger cuando usar el combate directo convencional o cuando alternar atacando con el tiempo parado.
"Pensamos que íbamos por el camino correcto cuando vimos que había todo un espectro en el equipo", explica el director creativo Greg Kasavin. "A mi me gusta jugar en tiempo real, mientras que Gavin, uno de nuestros ingenieros, juega siempre con el modo por turnos".
"Queríamos dejar que el jugador decidiese cuando usar ese sistema. Hay ciertas habilidades que funcionan igual de bien, o incluso mejor, en tiempo real", añade. "Queríamos que lo usaras, pero no te vamos a forzar a que lo uses constantemente". Por lo que vi parece mucho más equilibrado que Fallout 3, el cual si juegas como si fuese un shooter apesta bastante. El combate en tiempo real de Transistor es más lento y calculado que el de Bastion, pero no es necesariamente peor. Los escenarios tienen coberturas destructibles en forma de pilares cristalinos, y teniendo en cuenta el énfasis en el combate protegerse detrás de ellos es importante.
Otro cambio de Transistor es la inclusión de secciones 2D. De momento están limitadas a simples cinemáticas interactivas en las que te mueves hacia adelante mientras Red camina o monta en su moto mientras a través de escenarios abstractos la narración hace el resto - algo parecido a las primeras partes de scroll horizontal de El Shaddai - pero Kasavin me explicó que están intentando hacer que estas secciones 2D sean más interactivas a medida que el juego avanza. "Queremos interactividad en todas partes, incluso cuando es un momento más narrativo", matiza.
Quizás el truco más inteligente de Bastion era su dificultad personalizable, la cual Supergiant querría implementar aquí otra vez aunque todavía no ha decidido cómo, ya que no desean simplemente repetir lo hecho anteriormente. "Como idea general es realmente importante para nosotros tener sistemas dentro del contexto del mundo", explica Kasavin. "Nunca hacemos algo simplemente por haberlo hecho antes. Siempre reconsideramos la decisión y tratamos de hacer lo correcto para el juego. Así que respecto a la dificultad no vamos a hacer lo mismo que en Bastion simplemente porque allí fuese bueno".
El llamativo mundo de Transistor, junto con su atractiva y melódica banda sonora, es tan encantador que al jugar te embarga una sensación de belleza habitualmente reservada para Wes Bentley observando bolsas de plásticos. A juzgar por los veinte minutos que he pasado con él, Trasistor es mucho más fresco e imaginativo de lo que esperaba. Es un juego de acción con elementos de estrategia - dos géneros que no son especialmente reconocidos por su narrativa - pero Supergiant es conocida por introducir una inteligente narrativa en mecánicas de vieja escuela, algo que muchos han intentado pero pocos han conseguido con éxito. Bastion fue un éxito sorpresa en la escena indie hace dos años, y si mi experiencia con Transistor es indicativa de algo es de que Supergiant no va a ser un simple one hit wonder.
Traducción por Josep Maria Sempere.