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Valkyria Chronicles

Vuelta de tuerca.

Dos de los mejores estudios de SEGA, AM1 (House of the Dead) y Overworks (Skies of Arcadia) se unieron en 2004 para dar lugar a SEGA WOW. Por fin nos llega a Europa su primer título para esta generación: Valkyria Chronicles. Un juego de rol táctico (Tactic-RPG en adelante) dispuesto a romper esquemas y a llenar el pobre catálogo de juegos de éste género en PS3. Y cumple ambas premisas de sobra.

El juego transcurre en una Europa alternativa, donde en el año 1935 dos fuertes bloques se disputan la hegemonía: la Federación Atlántica y el Imperio Aliado de Europa del Este (Imperio a secas para los amigos). La historia comienza cuando una pequeña nación neutral, Gallia, es invadida por el ejército imperial para saquear sus provisiones de un mineral muy preciado por su uso como combustible: el Ragnite.

Welkin, hijo de un antiguo héroe de guerra galliano, vuelve a casa cuando estalla el conflicto, y nada más llegar a su pueblo se encontrará con un asalto imperial. Tras ayudar a Alicia, una vecina encargada de la resistencia, consigue evacuar al pueblo y trasladarse a un lugar más seguro. Ambos serán nombrados oficiales del Escuadrón 7 de la milicia popular, con el cual trataremos de evitar la invasión.

La historia transcurre por buen camino durante los primeros tramos, centrados en el aspecto bélico. En cuanto comienza el tema de las Valkirias, se vuelve más previsible, aunque mantiene un buen nivel. Se nota el esfuerzo en trazar unos protagonistas acordes con el argumento. Welkin y Alicia son unos jóvenes cuyas aspiraciones están lejos de las habituales: el primero quiere ser maestro (sus conocimientos de biología ayudarán en alguna batalla) y la segunda ver su pueblo reconstruido y volver a la panadería de sus padres. La guerra les obliga a aplazar sus sueños hasta que acabe la invasión.

Sin duda el sistema de batalla es lo que más llama la atención de este juego, mezclando la táctica con la acción en 3ª persona ¿Extraño? Sobre el papel sí, pero cinco minutos son suficientes para manejarse sin ningún problema y constatar sus virtudes. El primer paso es elegir a los integrantes de nuestro equipo. Aquí entran muchas variables, pero la más importante es la profesión de cada soldado. Siempre contarás con un tanque manejado por Welkin, el cual tiende a ser el centro de la batalla. El resto son de tu elección. Los Scouts son los más rápidos y sus disparos los más débiles. Los Shocktroopers se encargan del fuego contra soldados rasos con sus metralletas. Los Lancers usarán lanzamisiles para derribar barricadas o incluso tanques. Los Snipers son los clásicos francotiradores, y su mayor ventaja es el fuego de largo alcance. Por último, los Engineers sirven para restablecer munición a otros soldados o arreglar el tanque.

Una vez has colocado a cada soldado en una de las posiciones predefinidas, es la hora de la acción. Un mapa muestra a aliados y enemigos a la vista. Cada turno, dispones de un número limitados de Puntos de Comando para mover tropas. Cuando elijas soldado pasarás de la vista del mapa a una cámara en 3º persona mientras te mueves en tiempo real por los escenarios, teniendo en cuenta que, si entras en el radio de visión de un enemigo, éste te comenzará a disparar.

Con R1 pasas a apuntar por encima del hombro (como en el Resident Evil 4), momento en que se pausa la acción y puedes apuntar tranquilamente, los imperiales no te van a atacar por el momento. Apuntar no es ni mucho menos una tontería: como en cualquier shooter, disparar al cuerpo significa más posibilidades de acertar y acercarte a la cabeza la oportunidad de hacer un golpe crítico.