Wii Roundup
Perritos, baile, celebridades y Monopoly.
Programar un juego para Wii es a día de hoy mucho más asequible y rentable para un pequeño estudio independiente que hacerlo para las consolas técnicamente superiores. En nuestro propio país tenemos ejemplos como U-Play, Legend o Novarama, entre otros. Sin embargo, el hecho de que la plataforma de Nintendo ofrezca mayores facilidades de cara a la programación, por el hecho de ofrecer juegos más “sencillos” (para que vamos a engañarnos), no asegura que un juego para Wii se convierta automáticamente en un negocio rentable. Por todos es sabido que los mejores juegos de Wii son los que hace la propia Nintendo. Desde siempre la empresa de Kioto ha fabricado consolas para vender sus propios juegos y, muchas veces, títulos interesantes de third-parties acaban olvidados en las estanterías de centros comerciales. ¿Quién regalará Boom Blox estas navidades?
Esto no impide, no obstante, que grandes y pequeñas desarrolladoras se tiren a la piscina con mil y un proyectos para esta consola. Si después Nintendo los aprueba (cosa que no es fácil, aunque parezca mentira) salen al mercado. ¿Y qué pasa entonces? Pues que quizás por amontonamiento y acumulación o quizás por ser de una temática estrictamente infantil, pasan sin pena ni gloria por los medios de comunicación especializados y se acaban quedando en una escueta ficha que pocos datos aporta a sus posibles compradores.
En la medida de lo posible, en Eurogamer no queremos dejar de lado a estos productos, y aunque no les demos la misma importancia que a “los grances” también tendrán cabida en el portal. Por eso, cuando Electronic Arts nos envió estos títulos a la redacción, a priori no son tan apetitosos de analizar como un Gears of War 2 o un Mirror's Edge, también sentimos la necesidad de hacerlo, así que... ¡vamos allá!
Littlest PetShop
Las pequeñas mascotas creadas por la marca de juguetes Hasbro son las protagonistas de este título destinado a los más pequeños de la casa. El juego consiste básicamente en cuidar de estos animalillos y asegurarse de que en todo momento son felices, ya sea porque jugamos con ellos o porque les compramos accesorios. Little PetShop está especialmente indicado para los niños a los que ya les guste esta serie de animación y sus correspondientes muñecos.
Lo que más les puede atraer es, por un lado, que el juego les permite tener (aunque sea virtualmente) todas las mascotas; eso siempre les encanta (y de paso los padres ahorran). También les llamará la atención el hecho de disponer de un escenario donde jugar con ellas. Para que nos entendamos, ¿qué es lo que más molaba de los anuncios de Playmobil? No hay duda: los escenarios en que se desarrollaban eran mucho mejores que el juguete en si. Pero claro, no te van a vender la maqueta entera. Pues esto tan sencillo será apreciado por los niños, la posibilidad de controlar a los personajes en un escenario colorista.
En estas edades tan tempranas, tener el juguete entre las manos siempre será mejor para el niño que estar sosteniendo el mando de Wii. De todas maneras, Littlest Pet Shop ofrece algo más que la posibilidad de dar mimos a personajes como Conejo Mimoso, Rana Chiquitín o San Bernardo Fresquito. También se puede participar en sencillos minijuegos de habilidad, llevarlos a la peluquería, vestirlos, jugar al escondite con ellos, sacarles fotos, etc.
El ritmo en todo momento es tranquilo y tampoco se agobia al crío con objetivos difíciles, es cuestión de ir experimentando. Lástima que más allá de dos o tres opciones no se haya puesto más énfasis en la relación entre las mascotas y en la interacción del jugador con ellas. A la mínima que sean un poco avispados ya habrán descubierto casi todos los secretos del juego, porque no aporta muchas opciones y hasta un Tamagotchi tiene más. Por todo ello, este sería un juego sólo indicado para los niños a los que les guste la serie en la que se basa.
Boogie SuperStar
Este título combina a partes iguales cantar con bailar. Con la compra del juego viene incluido el micro y esto no hace que se incremente el precio del conjunto, cosa que es de agradecer. Para jugar hay que sostener el micro con una mano y el mando de Wii con la otra, así, el juego nos propone momentos de puro Karaoke y otros en los que hay realizar posturas con las manos.
Boogie SuperStar vendría a ser como un Operación Triunfo protagonizado por personajes al estilo Disney Channel. El jugador deberá escoger al principio de todo un personaje (chico o chica) con el que iniciar una carrera hacia el estrellato. Para conseguir llegar a los más alto deberá pasar por diferentes pruebas de canto y baile como si estuviera en uno de estos concursos. Es una pena, sin embargo, que un juego destinado a niños y niñas muy jóvenes esté lleno de conceptos como la competición, el hecho de hacer el ridículo, las jugarretas para ganar o simplemente el fracaso, vistos todos ellos de una forma algo banal. En cualquier caso no deja de ser un concurso como los de toda la vida, tampoco hay que tirarse de los pelos.
Dejando a un lado este aspecto, el juego en si no puede competir con títulos como SingStar o Lips como juego de Karaoke. El repertorio de canciones está lleno de temas estilo pop y dance cantados por imitadores bastante desconocidos, aunque también hay grupos españoles como El Canto del Loco o El Sueño de Morfeo. Es curioso que en el repertorio se hayan incluido canciones en otros idiomas a parte del inglés (la mayoría) y el castellano, ya que encontraremos también en italiano y en alemán. Mira, así practican idiomas.
La parte de baile es algo mejor; de hecho es la mejor del juego. Has de seguir las indicaciones que aparecen en pantalla pero también puedes crear tus propias coreografías e interpretarlas sólo o en dúo. El control responde bastante bien, aunque al principio se hace complicado entender su mecánica. Boogie SuperStars es, en resumen, un producto cuidado pero que flaquea muchísimo si lo comparamos con otros títulos de Karaoke. Su estética ayuda, eso sí, a que los más jóvenes se sientan más identificados.