Skip to main content

World of Warcraft: Cataclysm

Preparad los sismógrafos.

Ya queda menos de un mes para que llegue la tan anunciada tercera expansión del MMO más popular y todo está preparado (incluso en la propia Azeroth) para el evento más devastador que se recuerda en el mundo de Warcraft.

De hecho, ya están ocurriendo los eventos previos a la expansión. Durante septiembre, los trols de la tribu Lanza Negra expulsaron a Zalazane de las Islas Eco. A su vez, se produjo la Operación Gnomeregan, que intentó echar al Mekigeniero Termochufe de la antigua ciudad de los gnomos. Estos hechos sirven para explicar los nuevos orígenes de ambas razas en Cataclysm, que ya no comparten con los orcos y los enanos, respectivamente (de hecho, podréis ver el resultado final de Operación Gnomeregan en estos mismos nuevos orígenes de los gnomos).

El otro evento que se está dando actualmente es el Disturbio Elemental. Tanto en Ventormenta como en Orgrimmar han aparecido cultores anunciando el fin del mundo y podemos ver cómo aparecen algunos focos de ataques de elementales por todos lados. Y mientras, de vez en cuando van sacudiendo los terremotos... De hecho, en las dos ciudades tenemos a muchos de los líderes reunidos por culpa de esta crisis. Por cierto, si estáis jugando actualmente, aseguraos de ganar la proeza de fuerza apropiada buscando estos elementales tras realizar las misiones adecuadas.

El parche 4.0.1 llegó el pasado 12 de octubre y la mayoría de los cambios estrictamente técnicos o de mecánica ya se han implementado: las nuevas progresiones de personaje (incluyendo los nuevos árboles de talentos), las mejoras gráficas como la nueva visualización de los líquidos, las nuevas monedas para mazmorras JcJ y la reforja de armas... Pero lo más esperado está aún por llegar.

Por supuesto, me refiero al vuelo en los "antiguos" Reinos del Este y Kalimdor. A partir del nivel 60, podremos comprar la "Licencia de maestro de vuelo" (por menos oro que el vuelo en clima frío) que nos permitirá volar por los antiguos continentes, así como cualquier zona nueva de la expansión (me estoy refiriendo, principalmente, a Infralar, pues la mayoría de las nuevas áreas que no existían previamente forman parte de estos continentes). Ahora volar por Ventormenta u Orgrimmar es un regalo para la vista... sobre todo si nos gustan las movilizaciones militares.

Porque no sólo el paisaje está ardiente y destructivo, también lo están los temperamentos de las dos grandes facciones. La Horda ha adoptado una arquitectura mucho más armada y, como muestra, Orgrimmar es ahora un bastión preparado abiertamente para la guerra, pues Garrosh Grito Infernal no piensa en nada más que eliminar a la Alianza. Esta facción, a su vez, está invadiendo Kalimdor desde la Isla de Theramore hasta los Baldíos y Sierra Espolón, donde las batallas están a la orden del día. En oriente, por su parte, los Renegados liderados por Silvanas están conquistando todo Alterac, Trabalomas y casi lo tienen en las Tierras Altas de Arathi. Por supuesto, tienen Gilneas a punto de caramelo... mas aquí entra la nueva raza de la Alianza, los huargen.

De hecho, los primeros diez niveles aproximadamente de juego de los huargen están vinculados a esta parte de la historia. Los primeros cinco niveles se juegan en la propia ciudad de Gilneas, mientras nuestro personaje, aún humano, tiene que enfrentarse contra la invasión de licántropos que se aprovecha del aislamiento por la Muralla de Cringrís. Al finalizar esta primera fase, y tras salvar a muchos de nuestros conciudadanos, caemos víctimas de la maldición. La historia sigue fuera de la ciudad. Recuperamos nuestra voluntad (también diría que cordura... pero allá cada uno), y nos encontramos precisamente que los Renegados están invadiendo el país, por lo que lucharemos contra ellos y, al final, la Alianza aceptará a nuestro pueblo dentro de su seno gracias al patrocinio de los elfos de la noche.