Prepara tu PC para Battlefield 3
Tuneo a la Digital Foundry.
Paso 2: RAM
La memoria tu PC. Aunque Windows 7 hizo un gran trabajo en disminuir la carga del sistema operativo en la RAM comparado con la pesadilla que era Vista, el hecho es que la memoria es ahora un bien barato y poner más memoria en tu sistema no será tan caro. En un mundo ideal no deberías tener menos de 4GB en un PC para jugar.
Sin importar si tu PC vino de un fabricante como HP o Dell o si fue montado por piezas, la verdad es que la RAM no es propietaria: es un estándar y puedes actualizar tu sistema fácilmente con memoria third-party. La marca Crucial tiene una gran reputación por su RAM de calidad, y también ofrece una herramienta que garantiza que comprarás la memoria correcta para tu sistema. Pero nada te impide usar los resultados que consigas con su selección como guía para encontrar RAM más barata y con las mismas características.
La mayoría de chipsets son de doble o triple canal. Esto significa que ganas rendimiento extra llenando las ranuras de memoria con módulos compatibles de RAM. Es debatible cuánto rendimiento ganarás en un juego como Battlefield 3, pero como la memoria es tan barata merece la pena.
Tened en cuenta que, debido al consumo masivo de RAM moderna, los formatos antiguos pueden ser caros. Hoy en día el antiguo estándar DDR2 de RAM para sobremesas parece costar considerablemente más que el DDR3, más rápido. Ejemplos: digamos que abres tu PC y tienes dos ranuras ocupadas con módulos de 1GB y dos ranuras más vacías. Una actualización eficiente sería añadir dos módulos de 2GB a los que ya tienes, consiguiendo 6GB de RAM de doble canal en total. Windows puede ser un poco reacio a la memoria con características mixtas, así que asegúrate que la RAM que compras encaja con lo que ya tienes en términos de velocidad y latencia; las pegatinas de los módulos deberían informarte de esos detalles. O puedes quitar la RAM que ya hay e ir a por cuatro módulos de 2GB idénticos para hacer 8GB y vender los de 1GB que ya tienes, pero piensa que el precio que conseguirás probablemente sea extremadamente bajo.
Paso 3: La tarjeta gráfica
Mejor descrita como el segundo cerebro del sistema, dedicada enteramente a tareas relacionadas con los gráficos. De todas formas, las fronteras entre la GPU y la CPU se están disipando.
Aquí es donde las cosas se pueden poner realmente complicadas. No paramos de escuchar que Battlefield 3 es una obra maestra tecnológica que usa los últimos estándares gráficos de DirectX 11. La cosa es que el juego funciona también con tarjetas gráficas DirectX 10, así que BF3 puede ejecutarse en hardware tan antiguo como la clásica NVIDIA 8800GT. ¿Entonces cómo funciona exactamente?
Resulta que las tarjetas gráficas DirectX 11 usan aceleración de hardware para todas las funciones del nuevo estándar, pero se puede usar emulación por software para hacer lo mismo en tarjetas antiguas. En cualquier caso, esto significa que el rendimiento puede verse afectado dramáticamente. Las tarjetas DX10 súper rápidas del ayer, como la NVIDIA GTX285, pueden tener problemas incluso a la hora de sostener 1080p a 30 frames por segundo en calidad Ultra; necesitas reducir significativamente las opciones para mantener el rendimiento. Esto no quiere decir que no puedas conseguir una buena experiencia de BF3 usando tarjetas gráficas antiguas con las opciones reducidas, pero es razonable decir que el futuro es DX11, así que si vas a actualizar ahora ir a por una tarjeta basada en DX10 más barata puede acabar saliendo caro más pronto que tarde.
La elección de tarjeta gráfica es enormemente importante por muchas razones, pero Battlefield 3 es reseñable en su uso de las nuevas funciones DirectCompute de DirectX 11, porque revisa las funciones del hardware gráfico en todo tipo de operaciones que serían más lentas de conseguir en una CPU estándar.
Recomendaciones: Para conseguir 1080p60 con las opciones en Ultra, en DICE recomiendan dos NVIDIA GTX580s corriendo en SLI. De todos modos, en nuestro testeo de la beta comprobamos que una sola GTX580 en combinación con un Core i7 de 3.33GHz nos daba 55-60FPS en la mayoría de los casos. Las mejores elecciones para una tarjeta de precio medio sería la GTX560ti o la más barata pero más lenta Radeon HD 6870.
Paso 4: La fuente de alimentación
El corazón del sistema. Los fabricantes de fuentes de alimentación ganaron mucho dinero durante la pasada década ofreciendo unidades enormemente complejas con packaging de lujo y aparentemente capaces de soportar grandes voltajes, cuando la realidad es que hay muchas probabilidades de que tu sistema no lo necesite. Echa un vistazo al interior de cualquier máquina montada de fábrica y casi seguro encontrarás una fuente de alimentación relativamente normal dándole energía.
Primero, piensa qué clase de fuente de energía requieren tus componentes (esta calculadora es un indicador muy útil) y luego sigue desde ahí para tomar una decisión.
A no ser que vayas a instalar una tarjeta gráfica de última generación es probable que la fuente de alimentación que ya tienes sea perfectamente utilizable. A partir de aquí se convierte en una cuestión de funcionalidad: ¿Tiene tu fuente los cables adicionales necesarios para una actualización de GPU? Lo ideal son un par de salidas PCIe de seis pines, aunque con una puede valer, dependiendo de la tarjeta gráfica en la que estés pensando.
Recomendaciones: Las Corsair de la serie CX están bien vistas en términos de precio y rendimiento. Aunque el voltaje principal puede ser más bajo que el de otras, su verdadero rendimiento acaba brillando por mérito propio. Una Corsair CX de 600 vatios debería ser capaz de soportar casi cualquier GPU.
Paso 5: Discos duros
Si tu PC tiene un par de años, tenemos grandes noticias para ti: la tecnología de discos duros ha evolucionado enormemente y una actualización puede cosechar no pocos dividendos. Los discos duros de 2TB cuestan alrededor de 75 euros, y son iguales que los que ya hay en tu sistema. Metiendo más datos en el mismo espacio y girando el disco a la misma velocidad la salida de datos ha aumentado enormemente. Incluso los discos más lentos a 5400rpm pueden superar en rendimiento a los de 7200prm de hace 3 o 4 años. Los juegos cargarán más rápido y el streaming de datos in-game puede mejorar significativamente.
Un formateo de tu disco duro actual para dedicarlo por entero al SO y las aplicaciones e instalar tus juegos en un segundo disco, puede resultar en un rendimiento mucho mejor. Si usas tu PC mucho, tanto para tareas generales como para jugar, actualizar el disco duro del sistema operativo a un SSD puede darte el mejor empujón al rendimiento.
Recomendaciones: El Samsung F3 de 1TB es ampliamente considerado como uno de los discos duros más rápidos que el dinero puede comprar, mientras que su compañero de 2TB, el F4EG, también es monstruosamente rápido y ofrece un valor fenomenal por lo que cuesta. Los SSD están bajando de precio mes a mes; la velocidad ha llegado al punto en el que es difícil percibir en el uso del día a día las mejoras que se pueden introducir. ¿Nuestro consejo? Buscad el que mejor ratio euro-por-giga tenga, pero comprobad dos veces vuestra elección poniendo su nombre completo en Google junto con la palabra "fiabilidad"; los resultados pueden ser reveladores, como mínimo.