Momentazos 2010
Quedaron grabados en nuestras retinas.
Shieeeeeeeeeeeeeeeet. Esto mismo es lo que debió pensar nuestro compañero Jaime San Simón cuando se puso a los mandos de Demon's Soul, más concretamente cuando lo mataron por primera vez en esta obra maestra de From Software que finalmente aquí nos llegó en verano.
"Demon's Souls empieza fuerte. No de una forma exagerada, pero sí que es verdad que desde el minuto 1 te pone en guardia y te obliga a medir bien tus movimientos y tus golpes. El primer nivel nos sirve de tutorial, y no sólo en cuanto a movimientos. De improviso, entraremos en una niebla y nos encontraremos frente a frente contra un jefe final que ocupa al completo el ancho del pasillo. La niebla se cierra tras nosotros y tomamos la decisión de atacar a esa bestia.
Todavía no sé si el primero golpe hizo más daño al personaje o a mí. Salí volando por los aires y perdí prácticamente toda la vida. Traté de huir aterrorizado, pero recibí el golpe definitivo apenas me levanté. Me quedé con cara de idiota asistiendo a mi propia muerte sin haber tenido tiempo de reaccionar. La cinemática posterior logró que me diera cuenta de que la muerte era una parte más del tutorial, como a partir de entonces sería parte del juego. Una lección amarga que me adelantaba que Demon's Souls se sufre tanto como se disfruta."
Lo dicho: sangre, sudor y lágrimas. Algo muy diferente a lo que pudimos experimentar pasado el verano, cuando llegaron los nuevos dispositivos de control gestual de Sony y Microsoft. La verdad es que no nos sorprendieron con grandes momentazos, ya hace años que jugamos con Wii y lo que han aportado Move y Kinect de momento no dista mucho de lo que Nintendo nos ha venido mostrando durante el último lustro. Sin embargo, hay un momento en el que un juego para Kinect logró emocionarnos con la fuerza de un gran momentazo. Nuestro becario vivió esa epifanía del control gestual una lluviosa tarde de noviembre, mientras jugaba a Kinect Sports.
"Mi avatar estaba en el centro de la pantalla esperando su turno para la prueba de salto de longitud. Llegó mi turno y, en ese momento, levanté las brazos y mi avatar hizo lo mismo. Entonces sucedió. Todo el estadio se puso a gritar y a hacer la ola en mi honor y cuanto más movía los brazos más se emocionaba el público. Sonó el silbato y allí estaba yo, corriendo con los brazos en alto, emocionado y feliz, con miles de personas gritando mi nombre. Con cara risueña y despreocupada mi personaje avanzaba y saltó de forma tan poco realista como graciosa. Al ver la repetición fue tan descojonante para todos los que estábamos allí que lloré, pensando quizás, que todos estos momentos se perderían, como lágrimas en la lluvia.
Quien sabe si las lágrimas de nuestro becario no era en realidad por Rare. Bueno, cambiemos de tema y hablemos de la superación personal. Es algo que también ha sido motivo de grandes momentazos en la historia de los videojuegos. Conseguir aquella meta que parecía inalcanzable hace que nos sintamos eufóricos y encontrar juegos que recompensan al jugador es algo muy gratificante. Need for Speed: Hot Pursuit ha sido una de las grandes sorpresas del final de año, además de uno de los mejores ejemplos de esta lucha por la superación. El camarada Iker Cortés fue el protagonista de una curiosa experiencia con este juego:
"Compro Need For Speed: Hot Pursuit. De importación. Lo introduzco en una PlayStation 3 cada vez más ruidosa y comienzo a jugar. Poco a poco, voy completando oros, excepto en las malditas pruebas contrarreloj, para mí las más jodidas del título. Entonces, me doy cuenta de que, en una de las pruebas ya superadas –dar pasaporte a cuatro vehículos en x tiempo-, el maldito Jaime San Simón no sólo ha conseguido el oro sino que ha rebajado mi tiempo en un minuto y en sólo siete intentos. Me pongo frenético y me maldigo por ser tan necio e imbécil. Pruebo una vez. Otra. Otra. Otra. Y así hasta que en el décimo séptimo intento me quedo a tres segundos escasos de igualar su marca. "Una vez más", me digo a mi mismo mientras mi vida se desmorona alrededor. ¡Conseguido! Y 'sólo' he necesitado diez intentos más que Jaime. Estoy tan orgulloso que le dejo un mensaje en twitter. '@slyjss por fin supere una de tus puntuaciones en Hot Pursuit joder que terrible'. Su respuesta: '@MiagiBand Lo más probable es que fuera de mi hermano, que es el que más juega a la demo. Yo soy un matao'. Su hermano y con la demostración... Vaya ridículo, ¿eh?"