PES 2011
Tiqui taca.
El control analógico se ha potenciado, ofreciendo un rango de direcciones entre diagonales mucho más extenso que en la pasada edición pero sin llegar a ser totalmente de 360 grados. También se ha incluido un nuevo sistema de regates y fintas automatizado, que podremos configurar y mapear en el pad a nuestro gusto, y esto favorece el espectáculo. La forma de realizarlos pasa por una combinación de botones muy simple, y deberemos asignar a cada posición uno de los diferentes movimientos que nos propone el juego, a elegir de una larga lista.
La principal problemática de esto es la total implementación de las filigranas bajo este nuevo sistema, lo cual resulta en una pérdida de dinamismo. Si reduces la dificultad de hacer una filigrana compleja a sólo apretar un botón, todo pierdo un poco la gracia. Si además permites que, apretando ese mismo botón, se puedan enlazar hasta cuatro regates diferentes (bicicleta, pasarse el balón por encima, finta hacia la derecha y levantarse la bola, por poner un ejemplo, aunque puedes guardar cuatro secuencias) no se está recompensando la habilidad y puede llegar a ser frustrante... además de correr el riesgo de convertir los partidos en circos. Marcar un gol tras enlazar cuatro regates espectaculares tendría que ser una hazaña que se vea una de cada cien veces, no en cada partido.
Lo que sí que se ha mejorado mucho es la circulación de los balones aéreos. Que nadie se engañe: nos gusta más un buen cambio de juego de banda a banda que a un tonto un caramelo. Y en este aspecto, se han lucido. En la anterior entrega, en la mayoría de ocasiones los jugadores soltaban unas bananas infumables que rara vez el receptor llegaba a pinchar y bajar al césped, dejándonos en el peor de los casos con el trasero al descubierto. Ahora es un placer ver bajar el balón y ejecutar todo tipo de juego aéreo.
Gran parte de la gracia recae en que los pases, en este PES 2011, son bastante más manuales. Aunque con el stick derecho podemos pasarla de forma totalmente manual, cuando utilizamos el automático influimos muchísimo más en la dirección. El balón responderá a la potencia y dirección que le demos; eso hace, por ejemplo, que los pases al espacio y los pases convencionales sean bastante similares. También hace el juego algo más difícil, pero a su vez la gratificación tras un buen pase aumenta exponencialmente.
Sin embargo, todavía existen carencias a nivel de planteamiento que le separan de ser el juego de futbol definitivo. Para empezar, no se han resuelto las típicas escenas de patio de colegio –o barullos del medio del campo– lo que propicia que en más de una ocasión nos encontremos en un sin sentido de piernas y rebotes. Por otra parte, a nivel defensivo se han mejorado las coberturas al espacio pero seguimos teniendo la impresión –especialmente cuando se trata de defender a jugadores como Messi– de estar corriendo los San Fermines tras el balón, con tres tíos a la carrera, dejando unos espacios terribles entre líneas.
En este sentido, la IA mejora ligeramente pero sigue teniendo carencias importantes. Seguimos teniendo la sensación de que, muchas veces, nuestro equipo no sigue nuestro ritmo: no hacen desmarques cuando los necesitamos –y tampoco existe la opción de pedirlos a no ser que hagamos una pared-–, en algunas ocasiones los defensores no cubren los espacios como deberían...
Algo que seguimos sin entender es la representación de las penas máximas, que continúan en la línea de lo ofrecido por PES 2010. Para aquellos que no tuvieron la oportunidad de verlo, los penaltis eran y son una completa lotería. El sistema es bien sencillo: se apreta el botón de chut, se elige una dirección y después uno se encomienda a la Vírgen que mas afinidad o simpatía le cause. De una forma llana y sencilla: no funciona. La falta de una barra de energía que nos permita calibrar la fuerza del tiro es inexplicable.
En cuanto a los modos de juego, sigue contando con las licencias de la UEFA Champions League y la UEFA Super Cup, además de diferentes ligas europeas, algunas de ellas parcialmente licenciadas. Como gran novedad, destaca la inclusión de la Copa Santander Libertadores, que nos permitirá disputar la máxima competición suramericana de fútbol. A nivel de ligas, cuenta con la licencia completa para la Serie A italiana, la Eredivisie holandesa y la Ligue 1 francesa, mientras que la Barclays Premiership cuenta con tan sólo dos equipos reales. En nuestro campeonato doméstico se han licenciando catorce equipos que nos permitirán disfrutar con casi total plenitud de la liga de las estrellas.